Satellite
  • Day 38

    Acampada en el cráter del Rinjani!

    July 24, 2019 in Indonesia ⋅ ⛅ 18 °C

    Tocó levantarse a las 4:30 porque a las 5:00 nos recogieron en el hostal para llevarnos hasta Senaru, el pueblo donde empezaríamos nuestra caminata hasta el cráter del Rinjani. Poco antes de las 8, desayunamos y luego comenzamos a caminar. Al principio todo correcto, pero según avanzábamos se empinaba más y más... Y más. El camino fue duro, pero cada poco tiempo parábamos para coger aire y el guía nos daba galletas que se agradecían mucho.
    Los portadores que llevaban las tiendas de campaña y la comida iban en chanclas e incluso descalzos, sigo sin entender cómo.
    En una de las paradas el guía nos enseñó un vídeo que había grabado hace tan sólo un par de días de un chico que quería subir el Rinjani pero no tenía ni brazos ni piernas, así que su amigo lo llevó en la espalda cual mochila hasta el cráter. Eso es amor y lo demás es tontería. Cuando estaba subiendo, a pesar de que fue duro, daba gracias de tener piernas largas y fuertes que me permiten hacer estas actividades. Muchas veces damos por hecho muchas cosas, como las piernas, e incluso alguna vez les tenemos rabia porque no son «perfectas» a nuestros ojos: podrían ser más delgadas, más cortas, más así, más asá... Cuando el simple hecho de tener piernas es algo por lo que estar agradecido. Gracias a mis piernas he recorrido medio mundo y estoy muy agradecida por ellas.
    Otro pensamiento que me venía a la mente todo el rato es que la Creación es la obra de arte más perfecta de todas. Es imposible que todo esto sea el resultado de coincidencias, Dios lo tiene todo pensado.
    Por fin llegamos al cráter, tras 9 horas ascendiendo. Y menudo flipe. En un par de segundos se me olvidó todo el esfuerzo porque la vista mereció la pena. Y cuando pensaba que no podía mejorar, se puso el Sol. Una de las puestas de Sol que más he disfrutado. Cenamos al aire libre con unas vistas alucinantes y luego vimos las estrellas. No había visto tantas estrellas desde que estuve en la reserva de los Navajo en el desierto de Arizona. Surrealista. Lo único malo: el frío. En un día habíamos pasado de cuarenta grados a cero patatero. Llevaba doble pantalón, camiseta, dos jerseys, el chubasquero/cortavientos y un abrigo que me dejó la agencia (rosa y de talla xxxs para una niña de 6 años xd), la braga de cuello, el fular multiusos y la capucha. Aún así me estaba congelando, así que, tras 10 minutos de ver las estrellas, llegó el momento de ir a la tienda. Pero antes al baño xd. Se me congeló el culete pero pocas veces puedes hacer pipí con semejantes vistas jejeje. Con un poco de canguelo por lo que tocaba al día siguiente —bajar— me fui a dormir a la tienda de campaña.
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