Panama
Bajo Hondo

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Travelers at this place
    • Day 24

      Gualaca Los Cangilones

      April 15, 2022 in Panama ⋅ ⛅ 31 °C

      Nur ein kleiner Fußmarsch vom Hostel entfernt sollen Wasserfälle und heiße Quellen in La Mina sein. Also mach ich mich auf dem Weg. Nach Gefühlt einer Ewigkeit ist allerdings nichts zu entdecken und ich fahr mit dem Bus nach Gualaca. Nichtmal 5 Minuten später Platz der Reifen des Busses und wird aber auch genauso zackig wieder gewechselt. In Gualanca gibt es immerhin eine Bank und was zu Essen. Außerdem sind hier die Los Cangilones, einem Fluss der durch schmale Felsen fließt. Hier kann man ideal in den Fluss springen.Read more

    • Day 501

      Cangilones de Gualaca

      August 3, 2021 in Panama ⋅ 🌧 28 °C

      El río Estí ha ido socavando la roca durante miles de años hasta formar este cañón estrecho cerca del pueblo de Gualaca, en la provincia de Chiriquí.

      El agua fresca, azul verdosa y las rocas que sirven de trampolín atraen a la gente de los alrededores en las tardes y fines de semana. Dicen que en temporada de seca, cerca de fin de año, el lugar se repleta y hasta cobran la entrada.

      La corriente es un poco fuerte así que al que se queda quieto lo arrastra; ideal para "navegar" en un salvavidas o cámara de camión.

      Una parada obligatoria en la ruta entre las costas Caribe y Pacífico. Está señalizado el camino y pavimentado. Eso sí, hay que llevar todo lo que uno necesite porque, por suerte, allí no hay ventas ni servicios.
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    • Day 513

      Flash flood

      August 15, 2021 in Panama ⋅ 🌧 26 °C

      Cuando un letrero dice que hay que tener cuidado porque el río crece repentinamente, quiere decir que el río crece... repentinamente. Y no hay tiempo para escapar.

      Era domingo por la tarde y estaba nublado. Una familia grande estaba cantando a capella canciones románticas, salpicadas de alcohol y de agua del río. Otro grupo de gente joven bailaba por allá, cerca de su carro. Un matrimonio y un amigo que habían venido de la ciudad en moto se tiraban desde la parte alta del cañón y se dejaban arrastrar por la corriente. Salían y repetían.

      Empezó a llover, como casi todas las tardes en esta región. La lluvia fue ganando en intensidad hasta convertirse en aguacero tropical en toda regla. Los cantantes recogieron sus niños y sus botellas y se fueron. Los bailadores seguían en lo suyo, a unos metros de la orilla. El trío de la ciudad puso sus pertenencias lo más alejadas posibles del agua. Nosotros seguíamos allí, refrescando pero atentos a cualquier síntoma de cambio en las condiciones.

      Ya llevaba un rato lloviendo cuando salimos porque “enough is enough” y no hay que tentar a la suerte. Desde arriba vimos que la corriente arrastraba hojas. Les advertimos a los muchachos que eso era el primer signo de que la crecida era inminente. Fueron a sentarse en la otra orilla, a pesar de que les dijimos que podrían quedar aislados allí si la cosa se ponía fea. En eso llegaba un grupo de muchachones que nos parecieron locales a meterse al agua.

      Caminamos sobre las rocas, en el sentido contrario a la corriente, durante unos treinta o cuarenta segundos. Ya se apreciaba un ligero cambio de color en el agua, el segundo signo de lo que se venía. Miramos hacia lo lejos, de donde viene el río, y la vimos venir: una enorme “cabeza de agua”, carmelita y con espuma. Empezamos a gritar como locos a los que permanecían en el río. Los muchachones salieron enseguida. Los otros tres, se encaramaron en las piedras de la otra orilla. No les quedó más remedio que saltar por la parte más estrecha del cañón. Primero saltó la mujer. No le dio bien el impulso y cayó sobre las piernas, los pies en el vacío. Luego saltó el esposo, que también se cayó, pero más adentro. Al tercero no le dio tiempo, el agua ya había ganado mucho terreno. Subió y se internó en el bosque.

      Salimos corriendo hacia la zona más alta para ponernos a resguardo. En cuestión de minutos el agua cubrió todo y arrastró a su paso las pertenencias olvidadas, entre ellas, las llaves del carro de lo últimos muchachos que habían llegado, que no eran locales sino que habían manejado cuatro horas para llegar aquí.

      La lluvia arreció. La pareja preocupada por la suerte de su amigo encendió sus motos y salieron a tratar de rescatarlo. Apenas cien metros más alante, encontraron la carretera interrumpida por una corriente de agua. Se aventuraron, pero una de las motos se ahogó y tuvieron que regresar. Los otros jovenes, mientras tanto, evaluaban la mejor manera de romper uno de los vidrios del carro porque, afortunadamente, tenían otra llave dentro.

      Después de cuatro horas, los motoristas lograron arrancar la moto ahogada y los otros lograron forzar una puerta y coger la llave de repuesto. Ya era noche cerrada cuando todos nos fuimos, empapados y cansados, convencidos de que la crecida repentina no avisa.

      No conservamos una sola imagen de esta experiencia, pero ha quedado impregnada en nuestras memorias para siempre. Estas fotos fueron tomadas al día siguiente cuando la crecida fue mucho menos y más paulatina. Aquí no se aprecia la violencia con la que el agua al inicio chocaba contra las rocas a la entrada al cañón, cuando borboteaba como lava dentro de él ya casi lleno, ni cuando se inundó todo todo de la manera más brava que se pueda uno imaginar.
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    • Day 192

      Los Cangilones de Gualaca

      February 9, 2022 in Panama ⋅ ☀️ 20 °C

      Eine kurze Busreise vom Hostel entfernt liegt Gualaca; ein kleiner Mini-Canyon dort ist unser Ziel heute. Hier merken wir sofort, wie hoch oben man im Lost And Found eigentlich ist, denn die Sonne brennt hier wieder heiss auf uns herab. Zum Canyon ist es allerdings nicht weit und nach den gestrigen Anstrengungen sind wir darüber auch nicht unglücklich.

      Es führt eine Strasse fast bis zum Canyon, weshalb auch viele Einheimische hierher kommen, um sich abzukühlen. Gekonnt klettern manche auch die Wände hinauf oder springen sogar über die schmale Schlucht. Wir begnügen uns mit einem Spaziergang an beiden Seiten entlang, bevor wir uns wieder auf den Rückweg machen.
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    • Day 21

      Im Nachtbus

      December 12, 2022 in Panama ⋅ 🌙 20 °C

      Es isch morgä am 4i... Schlafä im Nachtbus isch gar nid mis Ding. Es rüttelt und schüttelt. Am Busfahrer chönnti de Chopf abriissä. Kurvetechnik ganz schlecht. Meh chönnt meinä, er gseht Kurve amig erscht im letschtä Moment, denn sticht er inä und mues no 3 Mal nachästüürä.
      Nachdem mir in Playa Venao als Schwiizer natürlich fascht diä einzigä gsi sind wo pünktlich ufä bus cho sind, mini Närve scho kochet hend, wil einä no verpennt hed, git mer das ez no de rescht.
      Hoffentli simmer öppä det... D Larissa schlaft gmüetlich näbädra. Und denn piipset no öppis im bus diä ganz ziit.
      D Decki, d Schiibä und d Sitz gfrüüret ez denn au ih vor luuter Klimaahlag...
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    You might also know this place by the following names:

    Bajo Hondo

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