Spearfish

Hoy nos quedamos a descansar en Spearfish, aunque descansar significa no conducir por 5 horas, pero si caminar por esa cantidad o más. Nos levantamos tranquilos por la mañana y , después de desayunar, nos dirigimos al cañón de Spearfish. El camino va rodeando un arroyo dentro de un cañón de altos paredones, la vista es espectacular. Fuimos hasta el final llamado Cheyenne crossing y no encontramos los sándwiches que queríamos para el mediodía, así que seguimos hasta Lead (plomo en español) un pueblo minero muy bonito y típico del lejano oeste, ahí si nos hicimos de los sándwiches y partimos de nuevo al cañón pero nos perdimos y pasamos por Deadwood (leña muerta) otro pueblito más bonito y típico que el anterior. Una vez encontrado el camino paramos para recorrer una senda que nos llevaría a una cascada y luego a otra donde almorzamos, después sin descansar buscamos la senda de la bañera del diablo (Devils bathtub) y comenzamos el peregrinaje de 45 minutos o más hacia aquel lugar. La senda no está bien marcada y hay que cruzar varias veces un arroyo de agua helada , sortear piedras, subidas, bajadas y mucha suerte. Por fin llegamos a lo que parecía ser el lugar. Otra gente que venía con nosotros siguió, nosotros no porque decían que era más peligroso el camino. Había un tobogán de agua que daba a una pequeña pileta. Nos deslizamos por este varias veces, el agua estaba helada y cada vez que salíamos era como un renacer energético. Después de un buen rato mire hacia el cielo y lo que era antes azul ahora era cobalto. Le sugerí a Elena que volviéramos y así lo hicimos. Cada vez era peor, bajaba la temperatura y el cielo se ponía negro. Llegamos Justo y corriendo al jeep cuando empezó a gotear, y casi inmediatamente a granizar, pero el granizo era del tamaño de pelotas de golf, o un poco más grandes, y pegaban como meteoritos, conseguí meter la trompa del auto debajo de un árbol pero fue espantoso, el parabrisas quedó rajado y el jeep lleno de chichones. Bueno, por lo menos nos salvamos de que eso nos golpeara la cabeza. En cuanto amainó un poco nos volvimos. Muchos nervios. Llegamos al airbnb y le usurpe el garage al dueño, así que el pobre lastimado jeep pasara la noche tapadito. Buscamos cerveza y unos burritos en un restaurante muy bueno y los comimos en el porche viendo documentales sobre Yellowstone. Mañana veremos el partido acá por la mañana entre Argentina y Francia y luego iremos a Ranchester, un pequeño pueblo de camino al gran parque.Read more