Brasil 2022

Tomamos el Cabify a eso de las 3am. Llegamos rápido al aeropuerto. Sky tenía mala la banda transportadora así que dejamos la maleta a un lado del puesto de chequeo.

La fila de la PDI era tan grande que se salía de la habitación donde uno hace fila en zigzag y llagaba hasta los baños. De hecho, gente que iba a Perú probablemente perdió el vuelo por lo lento de la fila, pero "no es nuestra responsabilidad " decía un funcionario, mientras solamente 4 o 5 casetas de las más de 20 estaban operativas.

Es bueno llegar temprano.

Por la navidad, al parecer, los que escaneaban los bolsos estaban más permisivos que otras veces. Hasta dejaban pasar botellas de agua.

El vuelo salió con a penas 2 minutos de retraso. No teníamos asientos contiguos, pero en la parte trasera del avión habían varias filas de asientos vacíos, nos instalamos allí.

São Paulo estaba parcialmente nublado, 22°C

En el aeropuerto de São Paulo todavía hay que usar mascarilla. Algo que no extrañaba para nada.

En la pantalla decían que entregarían las maletas en la cinta 20, estuvimos mucho rato esperando y nada. Resultaba que al final nuestra maleta estaba dando vueltas sin parar en la cinta 21.

En el viaje anterior rompieron la maleta, de nada sirve el sticker de "frágil". Quizás sea hasta peor. Sky pidió disculpas y ofrecieron algún descuento para el próximo viaje.

Ahora con la maleta trizada, le pusieron un sticker "equipaje dañado" lo que le dio licencia al personal de los aeropuertos para terminar de hacerla mierda.

Arrastrando la maleta con una rueda colgando del forro plástico, llegamos al metro y bajamos en estación Brás. La idea era tomar un bus directo a Franca, que salía a las 2pm. No lo logramos.

Es malo llegar tarde.

Un par de transbordos de metro adicionales y llegamos al terminal de buses de Sao Paulo con la esperanza de encontrar pasajes que nos acerquen a Minas Gerais.

Finalmente, abordamos un bus a Uberaba. Justo en ese momento se puso a llover.

A eso de las 19:30 pasamos a cenar a un lugar llamado Graal donde cobran según el peso de la comida: mi plato tuvo carne seca (una especie de mechada al horno, de nombre no me tincó mucho pero estaba buena), cupim (la joroba del zebú, un corte que no tienen otras razas vacunas como el angus) en salsa de vinagreta y contrafilé (lomo liso) a la parrilla.

Guatita llena, corazón contento. Todavía nos queda un poco más 250kms para llegar a Uberaba.

Llegamos a eso de la media noche, la ciudad tiene un olor azucarado producto de la cocción de caña d azúcar. Similar al que recuerdo del proceso azucarero de la remolacha.

Ana Claudia, hermana de Amabile, nos estaba esperando afuera del terminal junto a sus hijos. Nos llevó a casa. Desempacamos, y a descansar.Read more