Concarneau

A eso de las dos, llegamos al que sería un pueblo pesquero difícil de borrar de nuestros recuerdos 🥰 Después de comer, paseo de reconocimiento.
Dos zonas bien diferenciadas convergen en Concarneau y creo que eso es lo que le hace tan especial.
Envolviendo la muralla, la parte moderna, con amplias playas de arena fina (como viene siendo lo habitual) y el puerto deportivo, ideal para realizar actividades náuticas y de recreo ⚓️🏄🏻‍♀️
En el centro, y rodeada de una de las bahías más bonitas que he visto de toda Bretagne, la Ville-Close, pequeño islote con un enclave fortificado de 350m de largo y 100m de ancho, repleto de vida. Su entrada imponente, con la torre del reloj, donde te dejas divertir por los artistas callejeros que actúan como estatuas humanas (de nuevo, mi mente viaja a casa, a mis Rambles de antaño) o magníficos pintores que te hacen un retrato en poco más de diez minutos (tengo que decir que 😭 al ver a la Mia retratada, tan bonita como es).
A su paso hasta llegar al emblemático puerto pesquero, y atravesando la Rue Vauban (arteria principal), decenas de callejuelas coloridas, tiendecitas de todo tipo, encantadoras casas de piedra y heladerías artesanales que son puro vicio 🍦, con carteles a tono con la época de la ciudadela.
De vuelta, y de nuevo en extramuros, admiramos la Cité mientras la Mia juega con las gaviotas del puerto y nos despedimos, con las últimas instantáneas, para continuar nuestro road-trip bretón 🚙Read more