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  • Day 170

    2do. Atasco

    September 6, 2020 in Mexico ⋅ 🌧 18 °C

    Solo teníamos que movernos marcha atrás unos pocos metros para estar en una posición horizontal que nos permitiera dormir cómodos. No habían pasado cinco minutos cuando de pronto nos vimos viviendo otra pesadilla similar a la de unos días atrás; era ya de noche, no habíamos logrado la posición horizontal que necesitábamos y sí, una vez más estábamos atascados 🥴

    Aunque muchos pueden pensar que, al hacer un viaje tan largo y duradero como éste, recorriendo países desconocidos y, sobre todo, SOLOS íbamos a estar desamparados y vulnerables, la realidad es que desde que partimos hemos sentido de todo menos eso. Esta vez los responsables de opacar esos pensamientos fueron personas de tierras tan lejanas como las que pretendemos alcanzar; seis argentinos dedicaron el 100% de su tiempo y su energía para demostrarnos que una vez más no estábamos solos. Gracias a estos viajeros (Los Carrascos y Pewma Rodante) pudimos dormir de maravilla, con el carro inclinado no nos imaginamos cómo pudiéramos haber dormido o si realmente hubiéramos podido. Perdimos la noción del tiempo que todos juntos estuvimos intentando e intentando sacar al Bum Bum Chácata del hueco en el que estaba; para colmos llovió varias veces y a la mañana siguiente el fanguero se había multiplicado y el agua se había acumulado alrededor de las ruedas traseras.

    Luego de horas paleando tierra para hacer la pendiende menos abrupta y poniendo piedras y palos tratando de crear un sustento para las ruedas, no nos quedó otra que emplear la fuerza bruta. Los Carrascos pusieron a nuestra disposición su vehículo para remolcarnos aunque ya desde antes tenían planes de continuar su viaje por la mañana; simplemente estaban decididos a echarnos la manos hasta que todo se resolviera. Atamos ambos carros con una cuerda y empezaron a halarnos, pero por mucho que lo intentamos, nos dimos cuenta que sería necesario un camión más grande. Entonces nos fuimos a buscarlo donde quiera que estuviera. Lo encontramos luego de dar tumbos preguntando a toda persona que nos escontrábamos en el camino, y para el momento en el que llegara al lugar donde estábamos atascados, ya se había congregado un grupo para nada pequeño de personas del pueblo que se habían enterado y habían ido allí con sus camionetas para ver la manera en que nos podían ayudar.

    Por suerte finalmente el camión nos sacó del bache después de unos pocos intentos, la fuerza que tenía era inversamente proporcional a la edad del muchachito que lo manejaba; definitivamente todo fue una ráfaga de sorpresas cuyo balance general es más que positivo; hasta los mayores problemas terminan en experiencias muy agradables gracias a la gente que vamos conociendo. Estamos seguros que se van a repetir situaciones difíciles, pero también estamos seguros de que cada una nos llevará de una manera u otra a conocer gente increíble y a enriquecer aún más el viaje.
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