San Francisco

El viaje a la ciudad fue largo y sobre una autopista cargada. Fuimos hasta el aeropuerto para hacer la devolución del coche. Afortunadamente, la entrega del auto fue rápida y el hotel era central, cerca de Union Square, por lo que nos ubicamos rápido (no sin dejar de pasar por el célebre The Tenderloin y ver el paisaje urbano de sus marginales casi zombies).

Teníamos como pendiente retirar los bastones que Made consiguió con descuento online pero dado que teníamos que atravesar el barrio complicado nos tomamos un lyft. Los productos habían llegado a tiempo, estando ahí vimos que existía la posibilidad de devolver productos usados (en buen estado) si no estabas conforme con tu compra. Made venía bastante enojada con la campera que había comprado porque fue costosa y abrigaba muy poco. Nos aceptaron la devolución sin problemas y nos reintegraron el dinero. Increíble.

Desde allí tomamos otro lyft y fuimos a cenar ramen. Deliciosos. Probamos combinaciones que nunca antes habíamos saboreado. Fue un poco a las corridas porque ya no había más comensales en el restaurante pero lo disfrutamos muchísimo. Caminamos hacia el hotel y nos cruzamos a varios marginales en el camino. Gente haciendo sus necesidades en la calle…. Desconocemos cómo van a modificar eso pero es un espanto. Nos fuimos a dormir tras reservar un tour para el día siguiente.

Nuestro último día del viaje arrancó a las 7 de la mañana con protestas. Aprendimos en el tour que cada 7 años los trabajadores de hoteles/turismo deben renovar sus contratos y para conseguir mejores condiciones hacen protestas. No conseguimos ver cuántas personas eran pero estaban golpeando objetos como si fueran tambores y gritando a través del megáfono. La magia de alojarnos en la zona turística.

Salimos a desayunar y por no prestar tanta atención caminamos por una cuadra con personas encorvadas e idas. ¡Qué complicado estar atento desde tan temprano! Por suerte solo fue incomodidad y llegamos a nuestro café en el que desayunamos una tostada con palta y huevo (Made) y otra tostada con huevo y salmón (Gonza). Disfrutamos de nuestro café y regresamos al hotel (por otro camino) para encontrarnos a las 10hs en la esquina de plaza Union Square donde empezaba nuestro tour.

Reservamos dos lugares en un tour gratuito a pie organizado por una empresa local. Las grandes empresas como Sandeman y Civitatis no tenían tours a pie. Nuestro guía era de Macedonia y había venido hace más de diez años a EEUU a trabajar en la chocolatera Ghirardelli en San Francisco. Le gustó tanto que volvió a su país a organizarse pero decidió mudarse a San Francisco.

Nos contó un poco la historia de la ciudad, sobre la guerra con México que la ganan los estadounidenses y terminan comprándole a México los estados que hoy son California, Nevada, Arizona, Texas y Nuevo Mexico. Dos años después, en 1849 descubren oro en Sierra Nevada y en solo dos años migraron 50,000 personas (hombres) por la fiebre del oro. Los locales, para evitar que la gente se vaya y pueblen el territorio promueven una ley en la que dictaminan que la tierra que está por encima de un barco, pertenece al dueño del barco. Es así que ganan terreno al mar, entierran barcos, construyen sobre ese relleno y crecen como ciudad innovadora. De hecho, durante un tiempo fue una república independiente hasta que aceptó unirse a los otros estados.

El recorrido inició en Union Square y se trasladó hacia el barrio chino. El barrio chino más grande de EEUU, y el que inspiró a la estética y organización de todos los otros barrios chinos del mundo.

La historia de esta ciudad es muy interesante, bastante diferente a la historia que al menos yo conozco del resto del país.

Terminamos el tour al mediodía, le agradecimos a nuestro guía y le pedimos ideas para el resto del día. Paseamos por al barrio chino y buscamos el mural de Bruce Lee. Durante el tour habíamos visitado la fábrica más famosa de galletas de la fortuna, ¡un espectáculo!. Desde ahí caminamos por una zona con muchos locales italianos. Almorzamos pizza en un café (y tomamos un buen expresso doble) y nos dirigimos hacia la costa a los famosos Pier e ingresamos en el local de juegos antiguos a moneda. Tenían juegos de los 90 que nosotros habíamos usado en Sacoa de chicos 🤣 pero también tenían juegos y atracciones de más de cien años. Es un museo lúdico y en uso.

Seguimos nuestro recorrido por la costa y llegamos al Palacio de las Bellas Artes. Desconocemos su historia pero es una construcción circular con columnas muy anchas inspirada en la antigua Roma. Nos encontramos a dos parejas de novios sacándose fotos para el casamiento, el lugar te deja sin palabras.

Continuamos nuestro camino costero avistando el famoso Golden Gate cada vez más cerca y vimos el atardecer en los “Presidio Tunnel tops”. Presidio es un parque grande y hermoso en el NW de la ciudad repleto de colinas, por debajo del cual armaron unos túneles para el autopista que conduce hacia el Golden Gate Bridge. Hay varios lugares parquizados con vegetación semi-desértica. Todo estaba muy cuidado y ordenado, es un lugar al que sin duda hubiéramos ido varias veces de hacernos hubiéramos quedado más días en la ciudad.

Nos tomamos un ómnibus de línea hacia nuestro hotel, acomodamos un poco las valijas y fuimos a cenar a un restaurante tailandés llamado Kin Khao. ¡Qué sabores! Degustamos combinaciones de especias y hierbas completamente nuevas para nuestros paladares. Vimos que el local tenía una estrella Michelin y entendimos el por qué. Fue toda una experiencia sensorial (un poco ruidosa pero eso lo olvidas rápido).

Caminamos hacia el hotel, nos cruzamos de nuevo con las protestas; a las 21.30hs había dos grupos diferentes protestando y terminamos de acomodar las valijas.Læs mere