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  • Day 164

    Ich muss durch den Monsun

    February 19, 2023 on the Philippines ⋅ ☁️ 27 °C

    🇨🇭
    Nach dem gestrigen langen und interessanten Tag war uns heute etwas mehr nach Erholung zumute. Nach dem obligaten Frühstück in der Unterkunft ging es nochmals aufs Zimmer, wo wir uns etwas weiter erholten. Gegen Mittag liefen wir in die Stadt, um uns erneut zu verpflegen (ja, auch Nichtstun macht hungrig). Das gemütliche und feine Mittagessen wurde etwas ungemütlicher, als es plötzlich stark anfing zu regnen. Während dem Essen waren wir zwar drinnen, aber wir wussten, dass wir irgendwie wieder zurück zum Hotel mussten (rund 15 Minuten Fussweg). Als der Regen gefühlt etwas nachliess wagten wir schliesslich den Weg nach draussen. Doch nachgelassen hatte der Regen höchstens in unserer Vorstellung, denn bereits kurz nach Verlassen des Restaurants waren wir klatschnass.

    Trotzdem liefen wir den ganzen Weg und waren froh, endlich im Hotel angekommen und uns eine warme Dusche genehmigen zu können. Zu allem Übel funktionierte während den nächsten Stunden auch Dario’s (topmodernes 😂 immernoch iPhone SE first Generation) Handy respektive dessen Bildschirm nicht mehr, da es zu nass wurde. Zum Glück trocknete neben den Kleidern auch dieses wieder vollständig und ist seither wieder voll (also zumindest so wie vor der Regendusche) funktionsfähig. Gegen Abend hörte es dann auch auf zu regnen und so wagten wir noch einmal einen Spaziergang in die Stadt. Da uns das italienische Essen gestern sehr gut schmeckte, kehrten wir erneut dort ein. Leider entschieden wir uns dieses Mal für Pasta, welche leider nicht an das Qualitätslevel der Pizza herankam. Nach einem kurzen Spaziergang durch die Stadt ging es ein letztes Mal via Strandweg zurück zum Hotel. Abgesehen von der einen Welle, die Rocio vollständig duschte, blieben wir diesmal trocken. 😄

    🇪🇸
    «Tengo que pasar por el monzón»

    Después del largo e interesante día de ayer, hoy nos apetecía más relajarnos. Tras el obligado desayuno en el alojamiento, volvimos a la habitación donde nos recuperamos un poco más. Hacia el mediodía, nos dirigimos a la ciudad para comer algo de nuevo (sí, hasta no hacer nada da hambre). El acogedor y delicioso almuerzo se volvió un poco más incómodo cuando de repente empezó a llover fuerte. Estuvimos dentro durante la comida, pero sabíamos que teníamos que volver al hotel de alguna manera (unos 15 minutos andando). Cuando la lluvia pareció amainar un poco, nos atrevimos a salir. Pero la lluvia sólo había amainado en nuestra imaginación, porque poco después de salir del restaurante estábamos empapados.

    No obstante, hicimos todo el camino andando y nos alegramos de llegar por fin al hotel y darnos una ducha caliente. Para colmo, el teléfono móvil de Dario (el más moderno 😂 todavía iPhone SE de primera generación) y su pantalla dejaron de funcionar durante las horas siguientes porque se mojaron demasiado. Afortunadamente, el teléfono se secó por completo y ahora vuelve a ser totalmente funcional (al menos como era antes del chaparrón). Hacia el atardecer dejó de llover y nos atrevimos a dar otro paseo por la ciudad. Como ayer nos gustó mucho la comida italiana, volvimos a ir al mismo restaurante. Por desgracia, esta vez optamos por la pasta, que no estaba al nivel de calidad de la pizza. Tras un breve paseo por la ciudad, volvimos al hotel por última vez por el camino de la playa. Aparte de una ola que mojó completamente a Rocio, esta vez nos mantuvimos secos. 😄
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