Llegamos a eso de las 6am, a Osita se le cayó el cristal de los lentes y no lo pudimos encontrar. El chofer dijo que haría aseo y nos contactaría por Whatsapp si encontraba algo. Cumplió.
Acordamos juntarnos en el terminal de buses a las 14hrs donde nos entregó el cristal. Buena onda. Amabile le regaló una bolsa con horneados típicos (son buenas las masas de los panaderos balcánicos).
Mientras todo eso pasaba, fuimos a ver una de las mayores catedrales ortodoxas del mundo y la mayor de los Balcanes. En el camino conocimos a Pablo, un bullterrier de 10 años que se niega a envejecer. No sabía decidirse de quién recibir palmadas, hasta que Amabile lo convenció de jugar en el pasto.
También pudimos conocer una estatua gigante dedicada a Stefan Nemanja, rey serbio medieval. Y un restaurante típico de comida típica nacional, elegimos un plato para dos de kebabs rebozados en salsa bohemia y acompañado de papas doradas. Veremos si al volver a Chile lo podremos replicar.
Ya tenemos pasajes y alojamiento en Budapest, nuestra idea era ir primero a Rumania, pero desde Belgrado las salidas internacionales son bien limitadas.
Con Serbia completamos los países que alguna vez formaron Yugoslavia.Leer más