Laguna Esmeralda

Teníamos las mochilas listas, así que salimos a Estación Central, tomamos el bus hasta la plaza de Melipilla, compramos una bolsa de carbón extra y tomamos un taxi hasta Laguna Esmeralda. Todo muy rápido, con excepción de un taco llegando a Melipilla.

Parecía que en el camping aprovecharon el tiempo de pandemia para hacer algunas reformas. Como poner quincho y parrilla en todos los puestos.

Por temas de la pandemia, un puesto por medio estaba deshabilitado y se destinaban a estacionamiento.

En general es un camping que nos gusta bastante, por su limpieza, la gente que va allí es respetuosa y porque no queda tan alejado de Santiago.

Armamos el campamento, recalentamos las empanadas que hizo Osita en la parrilla, hicimos choripanes y a medio día se despejó. En realidad, cada día amaneció nublado y se despejaba tipo 1pm.

Aprovechamos de andar en kayak cuando salió el sol. El día siguiente, el 18, hicimos la picanha que ya se había descongelado. Así mismo, celebramos las Fiestas con un corte típico brasileño. A todo esto, su independencia es el 7 de septiembre.

El día final anduvimos en un "stand up paddle". La verdad es que no me gustó. Mi sentido del equilibrio se vio superado y finalmente Amabile lo disfrutó mejor.

Más tarde apareció nuestro amigo Lusho y familia. Preparamos más carne, disfrutamos un rato en la playa y empacamos para regresar a Santiago.

Para evitar el taco, Waze nos envió por unas carreteras secundarias que como prueba de fuego tenían un set de curvas impresionantes en la cuesta Lo Prado. La vista era impresionante por lo menos. Logro debloqueado para el conductor, don Lusho.En savoir plus