Castro Urdiales

Allá por 2018 fui a Castro por primera vez y he de decir que fue amor a primera vista. Ya venía locamente enamorada de un extraño. Nos conocíamos desde hacía dos meses y ahora es el padre de mis dos hijos.

Castro era bullicio, gente, copas, salir y no entrar, entrar de madrugada y salir temprano para volver a empezar. Era novedad, era todo lo contrario a mi Fuerteventura natal. Todos los días había plan, todos los días un sin parar. Así en Navidad, Semana Santa, verano. Así hasta el COVID. Y aún así la gente salía.

Castro me ha dado muchas alegrías, pero es cierto que siempre hemos estado de paso, no en su día a día más rutinario. Esta vez nos mostró su cara más dura; estar enfermos con un tiempo áspero, frío, con lluvia y con pocos planes para nuestros hijos. Descubrimos la biblioteca infantil, y la compañía de los padrinos siempre nos alegra las tardes.

Ver a la familia siempre es alegría, sobre todo para los niños. La sensación de que los años pasan es ardua. Por un lado, parece que todo sigue igual, nada cambia. Por el otro, las personas evolucionan y no son las mismas. Supongo que nosotros tampoco somos los mismos. Hasta Navidades 🎄 Castro. Te queremos. 🧡Läs mer