• Por fin en Suiza

    August 9, 2024 in Switzerland ⋅ 🌙 18 °C

    El pueblín francés era una absoluta pasada. No es fácil para los suizos llegar a superar un listón tan alto.
    Limpieza 10. Cuidado de las calles 10. Cuidado del entorno 10, casas chulas 9,9 ( por darle una oportunidad a los helvéticos).
    Nos dimos un paseo por una zona de bosque difícil de igualar, hasta que Fiona encontró una caca de animal indeterminado y se rebozó en ella. A partir de allí el campo bucólico pastoril tuvo un aroma más adecuado a la edad media.
    Tras desayunar bajo las montañas, lavar ( dos veces) a la perra y recoger partimos hacia Ginebra.
    Cogimos un camino que, para la aplicación de internet, era el mejor. 15 kilómetros que empiezan con una carretera estrecha, continua estrechándose un poco más cada kilómetro hasta que tienes la certeza de que no podrás dar ni marcha atrás, empiezan los hundimientos en los bordes y las curvas imposibles y de pronto llegas a un puente, de hierro y madera, que pone ancho máximo 2,2 metros ( el nuestro) y que cruza el Rodano con un caudal muy interesante. Menos mal que la pericia del conductor salvo también este contratiempo. A cambio, es necesario reconocer lo increíble que era el bosque que cruzamos.
    Tras echar gasoil cruzamos la frontera a Suiza. Cambiamos tarjetas y apagamos funciones de los móviles y tras aparcar en un parking nos fuimos a conocer la ciudad. Paseo por el mini retiro y la parte antigua, y vuelta larga buscando un sitio donde cambiar dinero.
    Comimos en el parking de un centro comercial, está vez gratis, y partimos hacia Gruyere, pero como el camino era un poco largo hicimos parada en Lausana, junto a la sede del COI. Por mucho que buscamos no encontramos a ninguno de los mandamás para decirle que los próximos juegos en Rivas, que nos viene muy bien para ver las medallas.
    Lausana está en la orilla del lago Lemán, que hace frontera entre Francia y Suiza. El área pertenece a un camping que no está nada mal. Por la tarde nos fuimos a ver el lago, Oliver y yo en bañador, Ana y Carlos vestidos. Pero nada fue un impedimento para que los 5 (Fiona también) nos diéramos el baño del año.
    Ducha, cenita en la calle y un par de juegos y el primer día en Suiza se terminó.
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