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- День 12
- четверг, 15 августа 2024 г., 22:54
- 🌙 20 °C
- Высота: 476 м
ФранцияBugeon45°21’47” N 6°17’51” E
Susto con la camper

La noche en el lago Como fue, como se dice en mi tierra, toledana.
Los coches y motos pasando toda el tiempo a escasos 10 metros de nuestra auto.
Algunos vecinos entrando en el camping con sus vehículos más allá de las 12 de la noche. Fiesta en el pueblo hasta las y pico. En fin, Italia en toda su salsa.
Tras desayunar no lo dudamos. No marchábamos de allí.
Arrancamos la auto para salir y
¡Hay mísero de mi, hay infelice, apurad cielos pretendo, ¿Qué delito cometí contra vosotros naciendo?!
Se encendio el testigo de chequin de motor.
Según el libro de mantenimiento puede ser un mal funcionamiento de mil cosas. Desde ir más despacio hasta crear un agujero negro que acabe con todos los ocupantes y sus cuentas bancarias.
Allí no podíamos seguir, así que decidimos llegar a Milán y buscar un taller.
Atravesar el lago fue experiencia mas dura que el día anterior. Los semáforos están puestos porque hay zonas donde no caben dos coches a la vez, excepto si llevan matricula italiana que entonces caben un coche en cada sentido más una moto por en medio y un ciclista en un lado. O al menos eso deben pensar ellos, porque se los saltaban con mucha facilidad y estuvimos a punto de atropellar a más de 10 ciclistas e incontables moteros (algunos moteros tenían más edad que yo y eran igual de kamikazes). Tras salir de ese lugar de locura nos encaminamos a Milán. Todos los talleres cerrados por ser fiesta, la virgen de agosto.
Seguimos a Turín con el piloto encendido. Casi 300 kilómetros más allá logramos llegar a un taller en Torino y también estaba cerrado. Comimos paseamos y rehicimos la ruta de vuelta.
Iríamos a Georges, donde seguro habrá talleres abiertos. descartamos Chamonix para evitar subidas.
Salida de nuevo, otras 3 horas.
Cada 5 minutos teníamos que parar a pagar nuevo peaje. Poco a poco notábamos como el esfuerzo de nuestra vida pasaba a manos de los italianos. Pero al llegar a Francia nos dieron una cura de humildad. 73 euros el primer peaje. En otro peaje francés, al soltar el embrague, al auto rugió. Seguro que era el final del viaje y el motor saltaría por los aires. Paramos a echar gasoil . Tras arrancar...
¡Sorpresa! La luz se había apagado. Ana y yo dábamos botes mientras los chicos seguían jugando a la consola.
Para celebrarlo y tras el cansancio decidimos desviarnos al primer pueblo a dormir. Chambre. Descubrimiento impresionante. El área estaba junto a una zona verde, con pista de patinaje, espacio para entrenar perros y campo, mucho campo.
Tras un paseo para estirar piernas cenamos y a dormir (otra vez bien tapados, pues seguimos en los alpes).Читать далее