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  • Day 7

    De Luxor: hacia el corazón de Tebas

    March 29 in Egypt ⋅ ☀️ 32 °C

    El despertador sonó antes de lo usual en nuestra habitación en Luxor, marcando el inicio de un día que sabíamos sería inolvidable. Emocionados por todo lo que deparaba el día, nos preparamos rápidamente y salimos al encuentro de nuestro guía y el conductor que nos acompañarían en esta jornada de descubrimiento integral de la antigua Tebas (East y West Bank). En el Antiguo Egipto, el East Bank (donde nos alojábamos) era la parte donde se situaba la ciudad, donde vivía la población y allí donde se situaban la mayoría de templos dedicados al culto de los dioses (como el templo de Luxor y el de Karnak). El West Bank, por el contrario, era el "occidente", o el más allá, y estaba fundamentalmente reservado a la otra vida. En el West Bank, o la parte occidental de la ciudad de Tebas y otras ciudades egipcias, era el lugar preferido de enterramiento de la población, y por supuesto, de los faraones. Estos últimos se enterraban en suntuosos complejos funerarios, con diferentes templos dedicados a ofrendas que ayudasen al "ka" a nunca olvidar el faraónico cuerpo embalsamado que solían habitar.
    Volviendo al tour, al ser las únicas personas que lo contrataron ese día, fuimos en la furgoneta y recibimos las explicaciones como si fuese un tour privado, lo cual agradecimos, especialmente al descubrir el bajo volumen de la voz de nuestro amable guía.
    El primer itinerario de nuestra agitada agenda fue el majestuoso Templo de Karnak, cuyas dimensiones y riqueza histórica lo posicionan como el segundo complejo religioso más grande de la historia. Llegamos temprano para disfrutar del lugar con la menor cantidad de turistas posible, y cada paso y cada columna nos narraban historias de un pasado glorioso. Las columnas de la sala hipóstila nos dejaron particularmente maravillados, mientras que la profunda historia de las diferentes estancias agregadas por cada faraón sumó capas de asombro a nuestra visita.

    Tras dedicarle un buen rato que se nos pasó volando entre explicaciones históricas, fotos y exploración variada, nos dirigimos hacia el West Bank cruzando el Nilo. El paisaje cambiaba mientras observábamos las orillas del río, salpicadas de pequeñas casas dedicadas mayormente a la ganadería y agricultura, brindándonos un vistazo a la vida local contemporánea en contraste con las grandezas del pasado que estábamos explorando.

    Nuestra primera parada en el West Bank fue el Valle de los Reyes. Escondido entre rocas desérticas, el Valle de los Reyes fue elegido por su ubicación discreta y segura, que buscaba proteger los restos y los tesoros de los faraones de los ladrones de tumbas que habían saqueado las pirámides y otras tumbas reales anteriores.

    Estos gobernantes del Nuevo Reino, ya con Amón como dios principal fusionado con Ra, hacía mucho tiempo que dejaron de construir edificios funerarios que quisieran llegar al cielo en forma de pirámides. Al ser Amón el dios de lo oculto, quizá apostaron por tumbas en hipogeos que se adentraban en la tierra.
    A lo largo de su historia, en el Valle de los Reyes se han descubierto más de 60 tumbas, cada una adornada con relieves y pinturas detalladas que describen el viaje del faraón a través del inframundo según las creencias egipcias. Estas representaciones son no solo artísticas sino también textos religiosos que ofrecen una visión de las expectativas y visiones del más allá de los antiguos egipcios.
    Una que nos gustó mucho y podemos destacar es el juicio de Osiris (aquel cuyo corazón sea ligero, puro y bondadoso como la pluma de Maat no será devorado por la temible criatura Ammit).

    Las tumbas, como la de Seti I con su techo decorado con constelaciones, y las de Ramsés IV y Meremptah, nos ofrecieron un vistazo a la magnificencia del arte y la arquitectura del antiguo Egipto.

    Además de estas tumbas, uno de los hallazgos más notables fue la tumba de Tutankamón, descubierta en 1922 por el arqueólogo Howard Carter, y que decidimos no visitar. A diferencia de muchas otras tumbas que fueron saqueadas en la antigüedad, la tumba de Tutankamón se hizo mundialmente conocida al estar casi intacta cuando se descubrió, debido a que fue un faraón menor, y parece que no despertó tanta curiosidad entre los saqueadores de tumbas.

    Continuamos hacia el Templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari, donde las terrazas y las columnas nos revelaron la historia de una de las pocas mujeres faraón, cuya vida habíamos descubierto en la novela "La Dama del Nilo". Cada nivel del templo funerario nos acercaba más a la vida y obra de esta poderosa gobernante. Nos impresionó mucho cómo el templo se fusionaba con la montaña creando un espectáculo visual único. También nos gustaron mucho los relieves que representaban el viaje a Punt realizado durante su reinado, y que le dio a esta poderosa faraón un legado casi legendario.

    Antes de dejar el West Bank, nos detuvimos brevemente en los Colosos de Memnón. Después, disfrutamos de un delicioso almuerzo antes de dejar definitivamente el West Bank. La tarde nos encontró cruzando de nuevo el Nilo , esta vez en faluca, una experiencia serena que contrastaba con la intensidad del día.

    Finalmente, cerramos nuestro día visitando de nuevo el Templo de Luxor y posteriormente, al caer la noche, con el espectáculo de luces en Karnak, un final poético y luminoso para un día lleno de historia, cultura y descubrimientos.
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