Bukit Gungan

Hoy decidimos descansar y dormir un poco más. Durante la mañana disfrutamos y leímos alrededor de la pileta del hotel.

Salimos a almorzar a un local con comida tradicional (un "Warung", locales al costado de la ruta) al que fuimos varias veces a unas cuadras del hotel, y de ahí buscamos cómo ir a uno de los pocos pueblos tradicionales que quedan en la isla.

El pueblo de Tenganan queda solamente a unos 3km de nuestro hotel y como no conseguimos taxi que nos lleve tan corta distancia emprendimos el camino a pie. En el camino vimos muchas plantas, casi todas las que tenemos en Buenos Aires como plantas de interior, incluyendo un potus con hojas gigantes. También nos cruzamos gallos y gallinas con sus pollitos alrededor del camino. Muy arbolado y relajante, cubierto del sol.

En la mitad del camino un francés con su pareja Indonesa en un jeep pararon y nos preguntaron si queríamos un aventon. Y la verdad que con el calor que hacía aceptamos muy contentos.

El pueblo de Tenganan tiene un sector delimitado creeríamos que para turistas pero que las personas aún viven ahí. Al ingresar te cruzas con artesanos en mesas que te hablan para mostrarte su trabajos. Vimos trabajos sobre hojas de Palma que con un bisturí las marcan y dibujan para luego con carbón darles color.
En jaulas de mimbre que en Buenos Aires se utilizan como lámparas para iluminación, encontramos gallos con plumajes hermosos y de los más grandes que vimos hasta ahora. Variedad de tamaños, en general muy bellos, algunos pintados.
Alrededor del camino hay casas con carteles que te publicitan que es lo que producen y venden.
Encontramos trabajo con rattan. Ahí nos mostraron cómo es la planta, como es el proceso de tejido, como hacen para darle color y su correspondiente secado.
Además vimos trabajo de tejido en telar y nos mostraron con que material natural le dan color al hilo. Para teñir el hilo emplean semillas y cortezas de árboles.
Nos mostraron tallado en madera y en cáscara de huevos, algo muy característico de la zona.

La verdad es que fue un paseo hermoso. No tuvimos el acoso que nos tocó todos los otros días en Bali, había poca gente y podíamos caminar y los sonidos eran de la naturaleza (o de los gallos 🤣). A diferencia del resto de la isla, nos resultó auténtico.

Volvimos al hotel contentos y cenamos en un restaurante a 1km del hotel.Läs mer