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La excursión a las cascadas "La Piedra del Indio" comienza en el restaurante del mismo nombre. Elegimos la opción de ir sin guía, como hemos hecho hasta ahora en Costa Rica. De todas maneras, nos llevaron en una camioneta porque el camino era bastante empinado y pedregoso.

La primera parada fue para ver la piedra del indio, el petroglifo del que toda esta experiencia toma el nombre. Alejandro, el dueño del lugar, nos explicó las teorías de los científicos que han estado haciendo estudios por aquí y roció la peña con agua para que apreciáramos mejor las formas talladas.

Enseguida entramos a la propiedad donde comienza el sendero. Nos dio las indicaciones y alguna información sobre la flora y fauna del lugar y quedó en esperarnos para el viaje de regreso.

El sendero es cuesta abajo y, por supuesto, la vuelta es subiendo. En la última cascada, la más alta de las cuatro que vimos, nos sentamos a almorzar y después refrescamos en la "ducha".

Arriba nos esperaban con agua de coco y como colofón, vimos un grupo de monos capuchinos que pasan por allí todas las tardes y que hoy se habían retrasado, como si hubieran esperado a que llegáramos arriba para hacer su aparición.Weiterlesen