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  • Day 1

    Sant Boi

    November 19, 2022 in Spain ⋅ ⛅ 14 °C

    El viaje en autobús duró 30 minutos aproximadamente y me bajé en Sant Boi, siguiendo las instrucciones de Josep. Encontré el acceso a la estación de tren y fui directo a la máquina expendedora de tickets. En mi cabeza estaba convencido de que mi destino era Manresa así que saqué billete para 6 zonas, pagando casi 9 euros. Me senté en un banco vacío junto al andén y a los 15 minutos aparecía el R5 al que debía subirme. El tren estaba bastante lleno así que caminé por los vagones buscando un sitio donde sentarme. Por fin encontré hueco junto a una familia, puede que fueran varias familias, de indios o paquistanís, no lo tengo claro. Pregunté a uno de los hombres si podía ocupar el asiento libre y amablemente me sonrió afirmando con la cabeza. Siempre que voy en transporte público me gusta sentarme junto a la ventanilla para poder mirar el paisaje, las casas o simplemente las nubes. Por segunda vez en el día, el destino me privaba de ese escaparate. Pero además, el mirar por la ventana, a veces también sirve como evasión en situaciones incómodas. Mis vecinos de viaje eran 2 matrimonios jóvenes y varios niños, uno de ellos un bebé. Pronto empecé a notar las miradas curiosas de los más pequeños. Supongo que les llamaba la atención verme sentado entre sus familias. Pero al poco también sentí las miradas de los adultos, que hablaban en su idiomas mirándome de reojo. Quizás fuera paranoia y tan solo hablaran de sus cosas. El caso es que a falta de una ventanilla, yo no sabía donde mirar para no cruzar las miradas con ellos. Los niños no se estaban quietos y ante mis pasividad iban ganando confianza, apoyándose en mis piernas y pasando casi por encima de mí. Me estaba agobiando, quería sentarme en otra parte y mirar el paisaje tranquilamente pero me parecía muy violento cambiarme así de asiento. Por suerte, sonó mi teléfono móvil y tuve la excusa para levantarme con mi mochila y alejarme para hablar con Josep, que me llamaba para preguntarme mi situación. Bendita llamada, que no solo me permitió escapar de las miradas curiosas, también me corrigió sobre mi destino. Días antes, Josep me escribió en whatsapp todo el itinerario. Parece ser que lo leí por encima y entendí que me tenía que bajar en Manresa. Pero no, me aclaró por teléfono que debía bajarme en Monistrol de Montserrat, bastante antes que Manresa. Después de colgar, se me acercó uno de los padres de la familia y me preguntó cual era la parada para subir a la mítica montaña. Le expliqué y sonrientemente volvió a su asiento. La verdad es que eran unas personas muy amables y sonrientes pero a mi me apetecía estar solo y contemplar el paisaje, así que aproveché para sentarme en un asiento que había quedado vacío más atrás, frente a una viajera de habla inglesa, también algo despistada.Read more