• Dia 1

    August 27, 2024 in Spain ⋅ ☀️ 26 °C

    Nos levantamos a las 8 y terminamos de preparar los últimos detalles. Durante la mañana, llamaron a Eva para decirle que en el primer hostal no nos podían abrir a las 21:30 (que era la hora a la que llegábamos), pero que ella se encargaría de buscarnos otro sitio. A las 9:30, mi madre nos llevó en coche a la estación de tren, y a las 10:32 cogimos el tren en dirección a Madrid Chamartín. Después de un viaje de casi cinco horas, con poca cobertura, durante el cual intentamos solucionar la vuelta en autobús para poder ir a ver el partido Madrid-Betis en el Bernabéu, llegamos a la estación de Madrid a las 14:00. El siguiente tren hacia Ourense salía a las 14:40.

    En el tren Madrid-Ourense, nos llamó la chica y nos informó sobre el nuevo albergue donde nos había hecho una reserva. Al buscarlo, descubrimos que los comentarios eran horribles y, además, mencionaban que había chinches. Una vez en Ourense, decidimos visitar la ciudad, ya que teníamos más de dos horas de espera para el siguiente bus hacia Sarria. Comenzamos nuestro recorrido por Ourense paseando junto al río. En el camino, encontramos un puente chulísimo con unas escaleras gigantescas que llevaban a un mirador de la ciudad. Eva se negaba a seguir caminando sin subir, así que decidimos subir. Tras subir unos 200 escalones, llegamos arriba y nos dimos cuenta de que no valía tanto la pena. Bajamos de nuevo y seguimos nuestra ruta hacia la catedral.

    Casi al llegar a la plaza de la catedral, encontramos una heladería y nos pedimos un yogur helado riquísimo; necesitábamos reponer fuerzas porque solo habíamos comido dos sándwiches y ya eran las 19:00. Cuando llegamos a la catedral, nos decepcionó un poco: era un edificio románico muy sobrio. Después, de camino a la estación, pasamos por los jardines y las termas que había al lado. Para finalizar, vimos el puente romano.

    El trayecto a Sarria fue en bus, y se nos hizo muy rápido. Eva estuvo a puntito de dormirse. Llegamos a Sarria sobre las 21:25 y fuimos a un sitio que el hermano de Eva había recomendado para cenar. Nos dimos cuenta de que el nuevo albergue en el que íbamos a pasar la noche estaba a un minuto en la misma calle que este bar, así que decidimos ir a dejar la mochila y recoger las credenciales. Para nuestra sorpresa, al llegar nos dijeron que teníamos que estar allí a las 22:00, así que no nos daba tiempo a extendernos mucho en la cena. Decidimos ir al sitio recomendado por el hermano de Eva y pedir unos bocatas de ternera. Se nos olvidaron las credenciales, así que volvimos a por ellas mientras nos preparaban los bocatas para poder sellar allí. Nos llevamos los bocatas a la habitación para terminar de cenar y nos pusimos cómodos para dormir, aunque ya estábamos en tensión pensando en lo que habíamos leído sobre los chinches. Fue una noche un poco mala, y Eva estaba congelada y muy agobiada con la idea de los chinches.
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