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  • Day 10

    Segundo dia en Venecia

    August 17, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 30 °C

    Empezamos el segundo día en Venecia. Antes de hablar de la ciudad, es imprescindible mencionar el parque que hay detrás del área de autocaravanas. Parque de San Juliano. Es uno de los parques más grandes, verdes, cuidados y bonitos que conozco. Por un lado da a una laguna que empalma con la ciudad de Venecia. Un lujazo de sitio.
    Llegamos a Venecia en autobús y decidimos recorrer la ciudad andando. Eso nos permitió llegar a una heladería. El método científico me permite establecer nuevamente la ley del helado italiano. No tiene comparación con el de ningún otro sitio.
    De pronto nos encontramos frente al museo de Leonardo D`vinchi y nos acordamos de la película de Spiderman. El profesor decía que no estaba abierto, y que ese museo era la causa por la que habían ido a Venecia. Así que entramos sin dudarlo.
    El sitio valía la pena. La planta baja hablaba de sus cuadros, pero el piso superior era un conjunto de inventos suyos que se podían tocar y probar.
    Continuamos hasta el embarcadero donde cogimos un barco a Murano, por eso de ver el lugar original de un cristal tan conocido. Entramos en el museo y declinamos ver la fábrica donde soplaban el cristal, ya que habían pasado las 2 de la tarde y había que volver a Venecia.
    En la ciudad de los canales nos sentamos a comer en uno de esos restaurantes donde piensas que solo comen los pardillos, pero el hambre apretaba. La lasaña de Oliver estaba un poco pasada, mis spaguettis un poco duros y sosos, y las pizzas de Ana y Carlos, sin embargo, estaban muy buenas. Aún intentándolo no son capaces de hacerlas mal.
    Allí mismo había un gondolero.
    Irse de Venecia sin montar en góndola es como entrar en un restaurante de 5 tenedores y no ir a probar el cuarto de baño.
    Lo que a primera vista puede parecer un antojo de friqui se convirtió en una de las mejores experiencias del viaje.
    Todo el barullo y jaleo de la superficie se convierte en silencio y paz. Como no hay que esquivar a nadie te puedes centrar en mirar a tu alrededor, y ver la cantidad de palacios que conforman las calles. Me encantó el estilo gótico bizantino, con sus arcos mezcla del estilo gótico con el estilo que conocemos en España fruto de los años de convivencia con la cultura arabe, del que se muy poco pero del que sabré a no mucho tardar.
    Cuando te cuentan la historia de los que vivían en esas calles descubres el poder real que tuvo Venecia, centro real de comunicación con Constantinopla y lugar de comercio con toda Asia.
    Vimos la casa de Marco Polo, y la imaginación se disparó a 500 años atrás. Viviendo en un entorno semejante es lógico que no tuviera problemas para internarse en un mundo desconocido y empaparse de todos los saberes del imperio chino.
    Terminado el paseo llegó la hora de comprar algún recuerdo, búsqueda complicada por las diferencias de precios en función de lo pijas que eran las tiendas. El mismo gatito de murano podía costar 5 € o 45, solo por estar en una calle o en la lateral.
    Volvimos a coger vaporeto y nos despedimos de la ciudad
    Ya solo quedaba descansar para volver a viajar al día siguiente.
    Ante la pregunta de qué ciudad prefiero, en estos momentos me siento incapaz de decantarme, pero sin duda el norte de Italia es una absoluta maravilla.
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