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- Day 3
- Tuesday, August 6, 2024
- ☀️ 30 °C
- Altitude: 196 m
FranceRocamadour44°48’2” N 1°37’6” E
De aves y cuevas
August 6, 2024 in France ⋅ ☀️ 30 °C
Nos levantamos en el pueblín francés donde habíamos dormido. Había sido una noche de calor, hasta eso de las 4 de la mañana que hubo que empezar a abrigarse.
Los pueblos franceses son muy diferentes a lo que conocemos en España. Suelen tener casitas pequeñas con un terreno donde disfrutar de la vida. Suele haber ciruelos, nogales o higueras de donde no cogen la fruta.
Las casas suelen ser bajitas, con dos alturas como máximo, el tejado de teja marrón a dos o incluso tres aguas.
En algunas zonas no se diferencia el final de un pueblo y el inicio de otro.
Pero lo mejor es la gente de los pueblos. Esos que solo ven un turista de vez en cuando y no están hartos de españoles.
Siempre siempre te saludan con una sonrisa. Bon jour, y esperan una respuesta similar.
Dimos un paseo con Fiona, y Oliver nos vomitó en el camino. Podría ser fruto del atracón del día anterior o que estuviera incubando el bicho que ya pasaron Carlos y Ana.
El hecho es que pasó todo el día quejándose y a dieta de arroz blanco.
Por la mañana marchamos a Rocamadour. Nuestra intención era ver la Roca del Águila, un espacio de recuperación de aves. Pero la sorpresa llegó al acercarnos al lugar. Un castillo enorme al borde de un acantilado y un pueblo totalmente en línea bordeando el valle. Todo un espectáculo. Además había, en apenas unas hectáreas, un montón de posibilidades de actividad diferente. Un sitio al que hay que volver.
La roca de las águilas no es que fuera muy especial. Aves que volaban, mucho, muy lejos, y que volvían. Aves en jaulas y atadas... En fin, algo normal. Y Oliver quejándose porque le dolía la tripa. Desde allí fuimos a comer a la auto y después a la gruta de Padirac.
Esto es un agujero en el suelo, gordo como si hubiera o hubiese caído un meteorito, que al llegar al final se convierte en tres mil escalones que te llevan a una pedazo de cueva. Bajas a más de 100 metros de profundidad y paseas por la cueva. El entorno brutal. Eso sí, para mejorar yo quitaría a los franceses, los belgas, los alemanes, los italianos y sobre todo a los españoles, que como no, se hacen notar.
A cuento de esto, nos tocó esperar una pedazo de cola inmensa. A casi 30 grados los franceses iban cogiendo color (entre rosa y rojo ) y pasaban constantemente por debajo de unos grifos de agua.
"Que exageraos, si no hace calor" decía Ana una y otra vez. Menos mal que ninguno hablaba español, pues se abría repetido la toma de la bastilla.
Y lo peor es que la frase se habría quedado en los anales de la historia francesa y se estudiaría en los colegios
"¿Pues no dijo, a 30 gradazos de temperatura, que exagerados, si no hace calor? La tendríamos que haber linchado varias veces".
Por fin empezamos a bajar. Un tramo de 50 escalones, otro de 180, otros 3 o 4 más. Lo más curioso era pensar como iban a volver subiendo todas esas carnes embutidas en cuerpos de turistas franceses y francesas.
Tras un rato de paseo a 13 grados, llegamos a otra cola. Esperamos, Oli preguntaba, volvimos a esperar, Oli siguió preguntando, y al final nos montaron en una barca de chapa que nos llevó al otro lado de la cueva. Nos llovió en el camino (dentro de la cueva) y seguimos a la otra orilla. Paseo por el lago y vuelta a la barca y al paseo. Al final rogamos a Oli que se callara al menos 5 minutos. No paso de los 5 segundos.
Por fin salimos. Ana tiritando. Había pasado frío por todos los visitantes. Marchamos al "aire de camping car" ( mi nivel de francés es brutal) y tras cenar nos tocó descansar.Read more











Traveler
Espectacular la foto!
TravelerLas fotos geniales
Traveler
FELICIDADES!! Disfruta del viaje y del día.