Satellite
Show on map
  • Day 46

    Cuarto día en el barco ⛵

    August 1, 2019 ⋅ ☀️ 26 °C

    Ayer por la noche encontramos unos pufs en uno de los camarotes y los cogimos para dormir, también fuimos más rápidos para conseguir una almohada esta vez. Sorprendentemente esta noche ha hecho mucho calor, Stephan y yo estábamos sudando. Nos hemos despertado a las 3:30 tras dormir 2 horas (los juegos de ayer por la noche se llevaron a cabo en la zona común, dónde Stephan y yo dormimos, así que apenas pudimos dormir). Sobre las 4 hemos dejado el barco y hemos subido una montaña en la isla de Padar en la oscuridad de la noche para ver el amanecer desde lo alto. Ha sido alucinante. La isla tiene una forma preciosa y las vistas son una gozada. Después hemos ido a la isla de Komodo, para ver los dragones. Esta era la razón principal de mucha gente para hacer el viaje en barco y, sinceramente, no entiendo el hype que hay con estos animales. Son lagartijas muy grandes y listo. Ha sido gracioso verlos porque la compañía era buena y nos hemos reído mucho, pero la verdad es que no haría un viaje tan grande solo para ver a los dragones. Apenas se mueven y hay que buscarlos durante una hora para encontrarlos en medio del parque. Una experiencia más para la mochila. En el parque también había muchos ciervos, se me ha hecho raro verlos en la playa. Después hemos ido a la «playa rosa», que de rosa tenía poco: una playa como cualquier otra xdd. Más tarde hemos navegado hacia el «manta point», donde se suponía que íbamos a ver muchas mantas enormes... Pero no ha sido el caso. Al menos he visto un tiburón!! De nuevo, nos hemos reído de la situación mientras algunos se volvían locos. Hemos jugado más a las cartas y sobre las 10 y pico hemos llegado al puerto de Labuan Bajo, en la isla de Flores. Pero ¿para qué amarrar en el puerto cuando podemos amarrar a 20 minutos del puerto? En fin jajajaja. Hemos tenido que esperar en el barco algo más de una hora porque nos iban llevando de 7 en 7 a tierra firme en la barca pequeña. En este país complican las cosas más de lo necesario, pero no importa porque no teníamos prisa. De camino al puerto en la barca, para variar, se empaparon las mochilas. Estábamos tan hartos de la comida escasa y monótona de los últimos cuatro días que decidimos darnos el lujo de ir a un restaurante occidental y tomar pizza. Estaba deliciosa, aunque si lo pienso, cualquier cosa habría sido un manjar tras la comida del barco. Sobre la medianoche nos pusimos a buscar un hostal para dormir los cuatro (Steven, Stephan, Emma y yo). Al fin encontramos uno y, tras un día muy completo y largo, nos duchamos tras cuatro días sin ducha y descansamos.Read more