Imponente, colosal y fantástico

Al estar frente a este monstruo más que nada se siente respeto. Perplejos perdemos la noción de la distancia, el tacto se opaca por el frío, la vista se vuelve confusa y se oye el viento como un vacío infinito que asusta. Te sientes tan pequeño que divagas antes de acercarte.

Nada impide que te deslumbres por tan increíble belleza, no puedes parar de mirar. Las nubes, la luz y las sombras cambian tan rápido que siempre estás viendo a este gigante moverse y advertirte de su fuerza; ni un segundo deja de impresionar. No puedes parar de mirar, el Chimborazo te lo exige; no el de los cuentos o las leyendas, éste, el real.

Estar por encima de los 5000 metros te estremece el cuerpo. Si abusas, el mal de las alturas se apoderará de ti. Te faltará el aire, te apretará el pecho, te explotará la cabeza, te debilitarán las náuseas, te sentirás tan indefenso que perderás el ánimo y la sonrisa en tu rostro. Te sofocarás de dar unos pocos pasos y hasta de no hacer nada. El frío penetrará hasta los huesos. Los labios, la cara y las manos cambiarán de color... y desearás irte aunque estés a los pies de algo tan imponente, colosal y fantástico. Creerás que fue tu elección, pero habrá sido este monstruo con su incalculable poder quien te habrá expulsado.Read more