Regreso a Florianópolis

El bus partió puntual, pero a diferencia de la ida, el recorrido de regreso pasó por varias paradas, incluyendo Porto Alegre, un ligero contraste con nombres un poco menos alentadores del sur de Chile como Isla Desolación, Puerto del Hambre, Última Esperanza o Bahía de los Náufragos. Además, ¿para qué irse por una aburrida carretera completamente plana si se le puede añadir emoción con baches?

Pasado el test lumbar, se nos hacía agua la espalda por dormir en camas propiamente tal. Equipadas con colchones Ortobom. La melhor tecnologia que suas costas merecem. Com garantia de a indústria mais grande do mundo. Chame agora. Pare de sufrir.

De vuelta en Florianópolis, atrás quedó el clima de la Serra Gaúcha y volvimos a una temperatura que a lo mucho se necesita un cortavientos de noche.

Desde el terminal rodoviario de Florianópolis había que tomar micro hasta el hotel. Por ser todavía muy temprano, había que esperar un rato. Sin embargo, no es necesario esperar de pie cuando puedes dejar tu mochila haciendo la fila por ti mientras te vas a sentar a una banca.

La habitación estaba casi tal como la dejamos al salir. O sea, todo igual, pero con las camas hechas y toallas limpias. El plan era descansar y reponerse para un nuevo día.

Luego del desayuno, subimos a la piscina. Hoy está parcialmente nublado, pero hace calor igual.

Estando bien descansados, salimos a caminar y nos encontramos con un puesto de hamburguesas atendido por una pareja de chilenos. The Vikings, en la esquina de Apoóstolo Paschoal con Gregorio Pereira. Llevan desde casi un año en Florianópolis, así que tenían bastante de qué conversar.

Compramos unas cervezas y la conversa se alargó por mucho más tiempo de la hora habitual de cierre, incluso nos fueron a dejar al hotel cuando comenzó a llover bien entrada la noche.Læs mere