• Dia 5

    30. August 2024 in Spanien ⋅ ☁️ 20 °C

    Hoy nos levantamos en un albergue que estaba genial, Después de prepararnos, fuimos a desayunar a un bar que estaba un poco lejos de la plaza. Las tostadas estaban buenísimas.

    Al empezar a caminar, an Eva le molestaba un poco del pie, pero poco a poco se fue sintiendo mejor después de tomarse un enantyum y echarse un poco de ibuprofeno en gel y réflex.

    Los paisajes de esta etapa eran impresionantes, mucho más bonitos que los de cualquier otra hasta ahora. Como salimos más tarde, nos cruzamos con gente nueva en el camino, pero la mayoría eran mayores y caminaban a su ritmo, así que no hablamos mucho.

    Después de un buen rato andando, paramos en unos banquitos para tomar una barrita y recargar energías. Mientras descansábamos, vimos pasar a unos caballos preciosos y también nos encontramos con un grupo de chicos que habíamos visto en otro albergue.

    Seguimos caminando, pero al cabo de una hora, el pie de Eva volvió a molestarle, así que nos detuvimos en un bar que encontramos por el camino. El lugar era ideal, y compartimos un bocata gallego que estaba increíble, con sardinas, kikos, salsa y pimientos. Con el estómago lleno, continuamos hasta llegar a O Pedrouzo sobre la una de la tarde.

    Al llegar al pueblo, fuimos directos al albergue a dejar las mochilas. No nos duchamos porque había cola, así que decidimos buscar dónde comer antes de que cerraran las cocinas. En el primer sitio al que fuimos, la cocina ya estaba cerrada, así que seguimos buscando. En el segundo lugar, después de esperar unos 20 minutos, nos dijeron lo mismo. Por suerte, justo cuando pensábamos que nos quedaríamos sin comer, la cocinera nos dijo que nos prepararía algo. Al final, comimos súper bien y luego volvimos al albergue a descansar.

    Ya en el albergue, nos duchamos y nos echamos un rato, pero no pudimos descansar bien porque había un señor que roncaba tanto que el hombre de la litera de arriba le daba con el bastón para que se callara. Nos preocupamos porque vimos que no íbamos a poder dormir y que estaban peleándose entre ellos, así que salimos a buscar otra opción para pasar la noche. Llamamos a varios sitios, y al final, una chica nos dijo que tenía una habitación libre para dos personas.

    Cuando nos dio la clave para entrar por teléfono confió ciegamente en nosotros, ya que nos dijo que ella no estaba ahí y que podíamos pagarle con bizum. Dejamos las cosas, descansamos unos 30 minutos y ya sobre las 20:30 salimos hacia el "Kilómetro 19", un sitio que el hermano de Eva nos había recomendado. Al llegar, estaba lleno de gente joven y el ambiente era espectacular. Aunque tuvimos que hacer una cola larga para conseguir mesa y bebida, la espera valió la pena. Nos encontramos con gente que habíamos conocido en el camino y lo pasamos genial, jugando a las cartas y hablando mientras tomábamos unas hamburguesas.

    Finalmente, ya bastante cansados, nos fuimos a descansar a nuestra nueva habitación.
    Weiterlesen