• DIA 5

    February 9 in Spain ⋅ ⛅ 15 °C

    Nos acostamos bastante tarde y nos despertamos sobre las 12. Durante toda la semana habían estado anunciando que habría un mercadillo en nuestra calle y que no se podría aparcar, así que decidimos ir a verlo. Al final, resultó ser un mercadillo normal, como el de los jueves en Murcia, nada sorprendente. No hicimos gran cosa por la mañana y, cuando llegó la hora de comer, nos pusimos a buscar un huachinche.

    Nos costó bastante decidirnos porque ninguno de los que encontramos nos convencía del todo. Nos sentamos en un sitio, pero al ver la carta nos levantamos al instante: era carísimo. Seguimos buscando hasta que encontramos un lugar que parecía un garaje y que tenía una cola enorme. Tuvimos que esperar unos 20 minutos, pero cuando conseguimos mesa, sobre las 4, mereció totalmente la pena. La comida estaba increíble, probamos platos típicos y, además, salió súper barato.

    Después de comer, nos pusimos en marcha en busca de la playa de Los Patos, pero hubo un lío tremendo con los coches. El coche 1—Johnny, Edu, Mario y yo—acabó en otra playa que estaba justo al lado, la playa del Bollullo. Nos habían dicho que las indicaciones eran confusas y, efectivamente, nos equivocamos de sitio. Mientras tanto, el coche 2, que había salido antes, sí había llegado a Los Patos.

    La entrada a la playa del Bollullo fue un caos, el acceso era horrible y nos costaba bastante bajar. Cuando por fin llegamos, nos dimos cuenta de que, aunque era una playa muy chula, había más turistas y menos ambiente local. Después de pensarlo, Johnny, Edu, Mario y yo decidimos irnos a la otra playa. Salimos del parking, que encima nos costó 5 euros, y nos dirigimos a la playa de Los Patos.

    Menos mal que lo hicimos, porque la playa era espectacular. Arena negra, rocas enormes, un acantilado impresionante detrás y piedras rojizas y negras que le daban un toque increíble. El agua cristalina reflejaba los colores del atardecer, creando un paisaje precioso. Nos quedamos allí disfrutando del lugar y, cuando cayó la noche, volvimos directamente a casa, cerrando el día con una de las mejores playas del viaje.
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