Por el norte sin rumbo

Amanecimos en Rivadesella y bajamos a comprar algunos tomates para la cena.
Ya puestos desayunamos, paseamos y nos acercamos a ver el mar. Vistas impresionantes del Cantábrico, que tras 10 días en sus cercanías aún no habíamos visto.
Tras volver a la auto nos marchamos al inicio de la ruta del Cares, como si de un paseíto por el paseo marítimo fuera
Aparcamos a 2500 metros del inicio, haciendo Tetris para meter el bicho (por cierto, con la puerta de la casa abierta. Menos mal que ningún amigo de lo ajeno se enteró)
El Sol pegaba cual sartenazo constante en la cabeza, y comenzamos el camino.
La subida al collado me tocó la perra en brazos. Ana se hacía cruces pensando en los 28 kilómetros de la ruta con los 10 kilos de Fiona en brazos. Fiona solo pensaba en que no la dejàramos en el suelo. Yo, como es habitual, no pensaba. Y así pasamos el collado. Continuamos por la parte llana alternando perra en brazos con perra en suelo, hasta Cain, donde un buen bocata, un refresco y una siesta nos devolvieron las fuerzas.
En el camino posterior descubrimos como los hados de la inspiración nos aconsejaron adecuadamente en la elección del nombre de nuestra perra. "Cuando está bajo el Sol, es princesa, pero de las auténticas. Protestona, caprichosa, blandengue, desobediente y para colmo, comemierda. Cuando anda a la sombra se convierte en una orco, que anda lo que sea necesario, no protesta, atiende, aunque como buen orco sigue amando las cositas negras olorosas del campo"
La vuelta fue una pasada. Nos cruzamos con 6 personas y 8 millones de cabras. Casi no oímos el constante "que mona, ¿Cuanto tiempo tiene? ¿Y que raza es? Se va a hacer muy grande"
Todo el camino a la sombra. Y nuestra perra en modo orca. Se hizo prácticamente 10 kilómetros seguidos sin parar, y no protesto más de 2 o 3 veces.
Para colmo Ana me contó un gran secreto, de esos que no entiendes cómo has podido vivir 57 años sin él. Al andar hay que tensar los abdominales.
Aún me cuesta controlarlo, porque al hacerlo se destensa el esfintes y se escucha música incelestial. Pero cuando sea mayor habré logrado andar un día entero con los abdominales duros.
Llegamos a la auto, y tras ducha nos fuimos a Posadas, inicio del desfiladeros de la Hermida, para pasar el día siguiente en Fuente dé.Meer informatie