Satellite
Show on map
  • Day 11

    Tortugas en Dalawella

    March 30 in Sri Lanka ⋅ ⛅ 30 °C

    Nos han dado un "chivatazo": en una playa al norte llamada Dalawella hay tortugas marinas que se pasean y nadan por la costa. Cogemos la motillo y nos ponemos en marcha. El hambre acecha y paramos en un restaurante turco llevado por un chico Israelí muy atento. El restaurante tiene un jardín trasero y una tarima en la que hacen yoga y conciertos. Nos cuenta que esa misma noche habrá un concierto, y que nos acerquemos si nos apetece.

    Al llegar a Dalawella, ya vemos que ésta playa tiene fama, especialmente por las tortugas. Junto a carteles que avisan de que las tortugas no se deben tocar, hay locales vendiendo algas para darles de comer... Si uno se fija bien, se pueden ver cabecicas saliendo del agua entre tanto y tanto. Parece ser que ésta playa específica es una de las favoritas de las tortugas.

    Hay una zona en la playa marcada con banderas rojas y un par de "boyas" (bidones con aire). Vemos a un señor con cara de majo, que resulta ser un londinense afincado aquí desde hace 15 años, que sale de hacer snorkel de otra zona de la playa, y preguntamos tanto por la zona de la playa con las banderas como por las tortugas.

    La zona marcada es una zona de fuertes corrientes que ya se ha tragado a más de uno. A evitar. Con un susto al día sobra.

    En cuanto a las tortugas, la que más se acerca a la playa y se deja ver es ya archiconocida entre los locales. Tendrá unos cuantos años y se viene aquí a dar su baño cada día desde hace años. El señor, Chris, nos incita a coger las gafas de buceo y buscarla.

    Me pongo las gafas y el tubo, y tras buscar unos minutos y ver como Iciar y Chris me indican mas o menos hacia dónde ir desde la playa, encuentro a la señora tortuga. Nada lento, con parsimonia, entre dejándose llevar por la corriente y dirigiéndose entre brazada y brazada. Nado detrás de ella, persiguiéndola sin prisa y sin aspavientos. Su caparazón está liso y verduzco, como lleno de musgo, y con alguna lapa pegada aquí y allá. Es un momento mágico. Quiero compartirlo con Iciar, así que le insto a venir y le doy las gafas.

    Mientras le paso el equipo, la tortuga se acerca a la playa, llamando la atención del resto de turistas, que rápidamente le rodean y acorralan. Intentando darle de comer las algas que previamente han comprado. Debido a la corriente y las olas, algunos de ellos no consiguen apartarse a tiempo y el mar les abalanza contra ella. Algunos la tocan, y desde la playa Chris, su mujer y alguna persona más les gritan que no le acorralen y que no la toquen, pero la mayoría hace oídos sordos... Un espectáculo bastante lamentable. Cuando se han cansado, se dispersan y la tortuga por fin tiene vía libre para volver a aguas más profundas. Iciar consigue verla nítidamente gracias a las gafas y tras un par de vistazos más, vemos cómo se adentra hacia el mar.

    Vemos el atardecer antes de despedirnos de Chris y su mujer, y nos ponemos en marcha de vuelta hacia Ahangama.
    Read more