Day 5: Zagreb

Desde Salzburgo tenemos pensado coger un tren que nos lleve directamente a Zagreb. Cuando el tren que esperamos llega, nos sorprende que en los paneles de las puertas pone que solamente llega a Klagenfurt. Además, está lleno de gente, por lo que creemos que nos tenemos que quedar sin asientos al lado de una de las puertas. Finalmente, conseguimos asientos tras mucho rebuscar, y tras cruzarme todo el tren lleno de gente tirada por los pasillos, actividad más difícil que el cruce de la Virgen Blanca de Celedón el 4 de Agosto (people from Vitoria will understand) un revisor nos da la valiosa información de que nos tenemos que cambiar de tren en Villach para llegar a la ansiada Zagreb.

En dicha estación cogemos pues un tren de compartimentos. Compartimos nuestra cabina con una increíble familia alemana procedente de Bonn (flamante ex capital teutona, como bien nos insiste la madre). Influenciados por Greta Thunberg, no cogen aviones y viajan en tren de una forma eco-friendly. Particularmente, la hija mayor nos parece una adolescente muy interesante: no para de sonreirnos y de escribir en su cuaderno durante todo el viaje, con una letra pequeñísima.

A través de Eslovenia, el paisaje es maravilloso: el bosque ocupa toda la superficie visible. Un espectáculo de montañas y valles sin apenas poblaciones significativas (excepto Ljubljana) desfila ante nosotros. Pasamos la frontera croata bienvenidos con un estricto control de pasaportes por parte de la policía del país (¿estos no estaban en la UE?).

Finalmente, llegamos a Zagreb: la bienvenida aquí es calurosa (incluso excesivamente, nuestros hosts de airbnb quieren hacerse nuestros amigos). Los gatos y la temperatura amable de la capital croata nos desean las buenas noches para que carguemos pilas.Baca lagi