Día 4: Tadoussac, P. Persil, Mt. Morios

Nos despertamos en el camping al borde de San Lorenzo con más ballenas jorobadas y pequeños rorcales que surcan el río. Desayunamos apurando las vistas y nos dirigimos hacia Tadoussac, pueblo reconocido por la observación de ballenas.

En Tadoussac hacemos un pequeño recorrido por el pueblo, aunque el viento bastante gélido nos invita a volver al coche bastante pronto, no sin antes avituallarnos de cervezas locales y de un buen café.

Pasamos de vuelta la desembocadura del Saguenay en ferry, con bastante más viento que la última vez, degustando un paisaje digno del Señor de los Anillos.

Nos dirigimos después hacia Port au Persil, una pequeña pedanía sobre el borde del río que fue hogar de agricultores escoceses a principios del siglo 18. El lugar es pintoresco y tranquilo.

Finalmente, ponemos rumbo a nuestro destino final: el Mont Morios. Ubicado entre La Malbaie y Baie St. Paul, tiene unos 900 metros de altura. Para acceder tenemos que comprar un pase en el dépanneur (ultramarinos) del pequeñísimo pueblo en el que se ubica en monte. Este pase nos permitirá acampar en la cima.

Tras unos 6 km de subida, algo dura en algunos tramos (sobre todo con las mochilas) pero muy asequible en su mayoría, alcanzamos la cima, en la que la gélida corriente moldea la vegetación. Muchas bayas crecen aquí, como arándanos. También existen pinos de baja estatura, que no crecen mucho debido al fuerte viento. Otras zonas están muy despejadas. Elegimos un terreno algo protegido del viento cercano a los pequeños pinos donde plantaremos la tienda de campaña.

Las vistas aquí son tremendas: de un lado tenemos el infinito bosque canadiense y sus montañas, completamente vacío de población, y por el otro vemos la zona poco densamente poblada de Charlevoix Este, que de noche nos mostrará su iluminación artificial.

En esta cima, antes de nosotros han pasado algunas personas que no han tenido ningún respeto por este medio natural tan frágil: han cortado árboles para intentar hacerse una hoguera (que ni han conseguido iniciar) y han intentado quemar su basura (tampoco lo han conseguido y la han dejado aquí. Es lamentable que esto ocurra y si la cosa sigue así no nos extrañaría que ya no sea posible acampar en esta montaña.

Finalmente, contemplamos la puesta de sol con la compañía de un viento invernal y observamos un cielo estrellado que nos ofrece una vista clara sobre la vía láctea.Read more