Calor de Cancún

Arreglamos los bolsos y nos fuimos al siguiente hotel. Por un traspapelado, la reserva era desde mañana, obligado a buscar un Airbnb por esta noche. Encontramos uno cerca y nos atendieron rápido.

De camino encontramos una plaza con comida típica: tacos, burritos, quesadillas, aguas frescas de tamarindo que parecen de jamaica pero saben a piña y tortas de jamón. Nos decidimos por un burrito de pollo.

Ya instalados en la habitación, salimos a la playa. Desde el centro, en locomoción pública la Ruta-1 te lleva por una carretera que se abre paso por el mar y se devuelve al continente dejando una especie de lago salado al centro.

A los lados de esta carretera hay kilómetros de hoteles, uno más lujoso que el otro. Entre estos se puede bajar a la playa.

Por un momento llovió, pero no bastó para calmar el calor. Hasta ahora, en cada lugar que entramos hay aire acondicionado, acá debe ser de necesidad básica.

De regreso al centro pasamos al supermercado y vimos Gato representando a los vinos chilenos, y con más variedades que en Chile, pero a 7 lucas 😲, también se puede apreciar el amor que se tiene acá por el ají, con góndolas repletas de ají de distintas variedades. Aunque las salsas picantes que hemos probado no pican tanto, quizas "son para turistas".En savoir plus