Satellite
Show on map
  • Day 257

    Bangkok

    April 4, 2023 in Thailand ⋅ ⛅ 28 °C

    Llegamos a Tailandia después de 48 horas sin dormir y demasiado pronto como para que la ciudad esté despierta. Dormimos en el aeropuerto mientras el agotamiento va ganando la batalla contra nuestro cuerpo, solo hace 4 días desde que dejamos Kathmandú pero parece que hemos vivido media vida desde entonces. Despertamos y dejamos que nos roben descaradamente en la oficina de cambio de moneda de la terminal, tenemos miles de rupias indias y ningún bhat para llegar al hotel.

    Subimos al metro y me maravillo con la modernidad que nos rodea, parece que hemos cambiado de continente durante el vuelo de 2 horas desde Calcuta a Bangkok. Tal vez así sea.
    Salimos del metro y Gui vomita en la salida, dándole así la bienvenida inversa a los tailandeses, entre eso y el aspecto de no habernos cambiado de ropa en 2 días, hace que la gente nos mire con una mezcla de curiosidad y repulsión desde la distancia. Ya no estamos en India desde luego.

    Lo primero que nos llama la atención es el calor. Creíamos que estábamos habituados. Pobres ingenuos.
    Lo segundo que nos llama la atención es el tipo de turismo, dirigido a las masas de adolescentes, tan diferente del turismo en India, donde todo el mundo estaba en búsqueda de algo. De todas formas nos abandonamos a los placeres de la vida del turista, disfrutando de los lujos como si nosotros también tuviéramos solo unas pocas semanas de desconexión, y al arte. Bangkok es la ciudad ideal para eso.

    Los días se van pasando entre procurar no morir de calor e intentar no morir por el estómago; se van pasando entre mucho arte, arte contemporáneo, budista y surrealista...me parece de lo más interesante descubrir artistas asiáticos, tan difíciles de encontrar en los museos occidentales. Al igual que en occidente, la religión está muy presente en la inspiración de los artistas, pero no encontramos ni una cruz, ni una llaga, ni una corona de espinas ni ningún otro símbolo del dolor que tanto gusta a los cristianos, para recordar continuamente que somos pecado y sufrimiento. Aquí todo es calma, budas de colores pastel, en posición de meditación, con los ojos cerrados o la mirada presente, espacios tranquilos de templos y monjes. La religión de la serenidad, que al mismo tiempo aprovecha sus templos más populares para hacer críticas de la sociedad en sus paredes. Serenidad y estado de alerta.

    En estos días nos permitimos cines a precios desorbitados pero con los aires acondicionados más potentes, masajes en los pies, las vistas más altas de la ciudad y las vistas en mitad de la jungla de metal y cristal. También nos permitimos visitar los templos budistas más bonitos que hemos visto hasta ahora, con dorados por todas partes, verdes, rojos, blancos, todo a lo grande y dedicado a la exaltación de la belleza. La vida nocturna en Bangkok también nos hace sentir que somos otra vez personas normales que van a sitios normales y escuchan música normal, aunque paradójicamente no haya nada de normal en las calles más turísticas de Bangkok.
    Read more