MARRUECOS

Día 2: Valle del Dades - Gargantas del Todra - Merzouga.

A las 7 nos ponen el desayuno y a las 7:45 vienen a buscarnos: en marcha!!! Nos recogen puntualmente, nos ponemos en camino hacia el Valle del Dades, cruzaremos las increíbles Gargantas del Todra y disfrutaremos del paisaje.

Al poco de iniciar el trayecto paramos frente a un acantilado desde donde apreciamos el contraste entre la montaña y el paisaje verde que hay a sus pies. Aprovechamos para sacarnos las primeras fotos del día...
Continuaremos el camino en dirección a Merzouga y atravesaremos tinghir...
Nuestro autobús se detiene en medio de la carretera, no parece que haya nada que ver pero...sube al vehículo para recibirnos nuestro guía******, un hombre de 70 años de lo más vital y salao, que nos da un paseo de 40 minutos por una huerta interminable (por fin vemos verde y estiramos un poco las piernas) cuyo recorrido termina en una casa bereber, donde nos acogen con su te y nos enseñan todas las alfombras que las mujeres del pueblo tejen (punto comunitario de venta). En el recorrido el guía lleva de la mano a la mayor de nuestro grupo, una mujer mexicana de 80 años que la recordaremos siempre por su carcajada constante y su actitud, sumamente risueña.

Finalizada la visita nos guían a un restaurante, ensalada marroquí y tajin de pollo al limón para mí y ensalada marroquí y tortilla bereber para Leuris (queríamos, bueno, para ser sinceros sólo Laura quería, pero no lo volveremos a hacer ya que resultó ser una tortilla de verduras bastante insípida). De ahí al autobús, ahora sí que sí! conductor, llévenos al desierto por favor!

Volvemos a hacer una pequeña parada en las Gargantas del Todra. Nos quedamos impresionados con la pared vertical, que según Pep, son muy conocidas entre los escaladores. Damos un pequeño paseo, nos sacamos unas cuantas fotos para el recuerdo y volvemos a retomar la carretera.

Sobre las 6 de la tarde parece que ya estamos en Merzouga....empezamos a ver arena del desierto. Para nuestra sorpresa otra vez nos vuelven a separar de nuestro grupo, dejamos a la familia mexicana, a los amigos de Rabat que viven en Boston, a la pareja de Rumanía, a Borja y a Raquel y seguimos el trayecto junto a los catalanes y los checos.
Unos 20 minutos después el autobús abandona la carretera y se adentra un poco entre la arena del desierto. Paramos y al bajar nos indican que cojamos lo indispensable en una mochila y nos adentrarnos en el desierto en un camello en busca del campamento en el que pasaremos la noche, 1h 30 mins de adentramiento, por cierto. Ese pequeño momento de estrés provoca una pequeña discusión: no me gusta hacerme esperar, no puedo cerrar la maleta, le pido ayuda, asume el control, me molesto y le hablo mal...se enfada, nos enfadamos y al camello. Mira que hay momentos y momentos para discutir!

Algo tiene el desierto que en cuanto le vi montarse en el camello sólo quería pedirle perdón, darle la mano y disfrutar de lo que el desierto nos estaba ofreciendo en ese momento con él, ningún enfado tenía entonces sentido.

... Qué paisaje, que luz, al horizonte la silueta de otros camellos cabalgados por otros que, como nosotros, se dirigían a lo que sería brevemente un hogar ...de frente la luna y de espaldas el sol guardándose...pura magia, libertad, inmensidad.
El chico que nos llevaba nos saco con el móvil de Leuris una de las fotos más bonitas que nos llevaremos de esta aventura..

La verdad es que después de un rato, el camello deja de ser tan cómodo jajaja... Para cuando llegamos a la Jaima ya se ha hecho de noche, y aunque no muchas, empezamos a ver estrellas en el cielo.
Nos bajamos del camello y el guía nos indica a dónde dirigirnos, no sin antes pedirnos la propina correspondiente. Al entrar, buscamos a alguien que nos indique dónde y cómo íbamos a dormir. Después de un rato, aparece un chico y nos pregunta que queríamos hacer a la mañana siguiente...las opciones: volver a camello o en todoterreno para ver el amanecer desde un gran duna (100dh por persona). Sin pensarlo mucho decidimos la opción b; con un paseo a camello ya habíamos tenido suficiente y la idea de ver amanecer en el desierto nos encantó.
Después de comunicarle nuestra decisión nos dice que no hay sitio en esa Jaima para nosotros, y tras pedirnos que no dijéramos nada a los demás, nos llevan en un todoterreno a otra.
Nada más llegar nos pareció mucho mas limpia, recogida y bonita. Nos indicaron donde dormir ( lo haríamos con los catalanes).
Nos ponemos cómodos, sacamos unas fotos y esperamos a la cena.Read more