San Pablo

El martes finalmente iniciamos mi tan deseado viaje: 3 días para flotar sobre el río amazonas moviéndonos lentamente hacia Iquitos, de Colombia a Perú. Un viaje que soñé mil veces, una aventura que pocos comprenden cómo puede siquiera interesarme, un plan que anhelaba hacer y que incluso había querido que diera principio a este viaje, pero que, por suerte, terminó dándole fin. Tres días para no hacer nada mas que digerir 9 meses que me cambiaron la vida.
Con el diario del lunes me alegra mucho que haya sido así. Me pareció una gran forma de decir adiós. Ya en pleno viaje había decidido que seguiría viajando incluso después de llegar a Argentina. Pero el hecho de volver a casa ponía un cierre y punto final a este viaje, a la travesía. Volver a casa cerraba Centro América y abría el Sur. Volver a casa también era volver a terreno conocido, a caras amigas y a mi ciudad. Era volver a los afectos y la familia. Y muy importantemente, en ese momento, volver a casa era volver al mundial, a ser una fan mas del albiceleste 💙🤍💙.
En fin, el plan era el siguiente: la zona amazónica tiene una selva muy tupida que se conecta mediante ríos, las comunidades indígenas viven en su mayoría a orillas de esos ríos y usan barcos como principal medio de transporte. El que tomamos, "El Loretana", era un barco de 3 pisos, la planta baja llevaba carga (vacas, gallinas, granos, bebidas y alguna que otra cosa mas seguro que también), el primero era cerrado y para pasajeros y tenía un pequeño almacén / bar y finalmente el segundo era todo abierto para dormir. Luego también se podía subir a la terraza, pero ahí solo estaba la cabina del capitán.
Carl (un chico inglés que conocimos en Leticia), Curtis y yo llegamos con mucha anticipación para asegurarnos un buen lugar. Al llegar no había nadie 🤣 así que pudimos colgar nuestras cosas sin problemas. Después llegaron 4 alemanes y quedamos todos juntos en la misma zona del barco. Nosotros 7 seríamos los únicos turistas, los demás eran todos del amazonas.
Cuando llegó la hora, el barco zarpó y comprobamos con alegría que no había tanta gente y que íbamos a ir muy cómodos (que ilusos...). En eso pasó el del bar a servirnos el almuerzo que se repetiría los dias siguientes: arroz con algo de vegetales y una suerte de pollito - y digo suerte, porque suerte si te tocaba pollo 🤣. El pobre de Curtis estaba mal de la panza porque la noche anterior habíamos comido sushi de un puestito en la calle y se ve que le cayó mal. Como resultado se hizo muy amigo del baño durante esos primeros días.
Para ir de Leticia a Iquitos había dos formas principales: en el ferry rápido por 160 soles o en el lento por 80, el rápido tiene un motor mas potente y entiendo que hace menos paradas, en 18 horas estás en Iquitos. El lento para en casi todas las comunidades y va flotando más lentamente. Obvio que éste era el que quería, y el que tomamos. Pagamos 80 soles cada uno por los 3 dias de viaje con todas las comidas incluidas. En dolares eso era aproximadamente 20, se imaginarán las condiciones del barco... 🤣🤢
Al iniciar el viaje decidimos ir al techo a charlar y boludear entre todos. Compramos algunas birras y disfrutamos del atardecer. En algún punto muchos de los chicos volvieron abajo y arriba quedamos Carl, Johannes (uno de los alemanes) y yo. Creo que fue, y va a ser, de las únicas charlas que recuerdo del viaje. Carl nos contó que había visto a varios de sus amigos morir, lo cuál nos sorprendió ya que es muy joven, creo que 22 años. Con Johannes quisimos saber más así que nos contó que cuando tenía 11, su maestro de boxeo lo metió en el mundo de las drogas, lo hizo dealer y adicto a base de sobornos diciéndole que sino mataba a su familia. Recordemos, el tenía solo 11 años...
Carl, entonces, creció y se hizo en ese mundo. Una de esas cosas que le dio fama fue que golpeó a un dealer de otra banda y lo dejó lastimado (o muerto, realmente no recuerdo). La cuestión es que a partir de eso, la otra banda puso un precio por su cabeza sin que él supiese. En eso, él y dos amigos fueron a hacer un reparto, Carl que iba al volante se quedó en el auto y los amigos se bajaron. Luego de un rato Carl escucha un grito y va a ver qué onda. Los habían agarrado a los amigos, uno tenia un tajo en la panza con las tripas al aire y el otro creo que ya estaba muerto. No me acuerdo los detalles, pero la policia estaba llegando y Carl sabía que se tenía que ir porque sino caía preso. Ahi tocó fondo. Ahí se empezó a dar cuenta que tenía que salir de eso, que tenía que cambiar su vida. Una novia del momento, una chica muy espiritual lo ayudó. Se puso una carpintería, empezó a laburar bien, se mudó de ciudad y mudó a la familia y empezó de cero, como NN en otro lugar. También intentó ayudar a que otros amigos salgan del narco y se fueran a trabajar con él. Ahora cada vez que puede, dona plata a alguna causa que le guste sobre reforestación y comunidades indígenas. Todavia paga en vida todo lo que hizo en esos años de dealer, pero con una actitud de oro. Tiene 22, fue dealer, carpintero, es diabético y casi la queda por una picadura de escorpión. Es una contradicción en pie, a simple vista, dulce, simpático y generoso, pero con una dura peli de fondo. Carl resultó un ser que me generó admiración y curiosidad, una persona tan distinta y al mismo tiempo que sentí tan cercana. Un hermoso ser. Los días pasaron en el barco con gran alegría en su compañía, él hablaba español así que los nenes del barco nos charlaban mucho a los dos.
El resto del tiempo yo me dediqué a leer, dormir y jugar al ajedrez con Curtis.
También a medida que fue pasando el tiempo el barco se fue llenando y lo que parecía que sería de gran comodidad terminó siendo bien apretujado y con miedo a que nos robasen todo, lo cual, por suerte, no pasó.
Llegamos a Iquitos el tercer día luego del mediodia, todos sucios con el sudor de 3 días navegando en el amazonas. Los 7 teníamos una necesidad imperiosa de ducharnos, y de almorzar así que nos fuimos a un bar a comer algo y de ahí a un hostel a darnos una ducha. Al día siguiente, viernes 9, jugaba Argentina-Holanda a las 4 pm para lo cual teníamos que estar ya en Argentina. Así que pagamos 5 soles para bañarnos en el hostel, paseamos un poco por Iquitos con Carl y después nos fuimos al aeropuerto para encarar una larga vuelta a casa: Iquitos-Lima, Lima-Mendoza y Mendoza-Bs.As. Eterno y sin dormir, pero nos permitió llegar a tiempo para una nueva aventura.Read more