- Show trip
- Add to bucket listRemove from bucket list
- Share
- Apr 17, 2025, 10:36 AM
- ☁️ 33 °C
- Altitude: 11 m
Thailandบ้านไพจิตร13°24’28” N 100°0’2” E
Dia 4

Nuestro día comenzó a las 9:00, cuando nos recogió nuestro taxista, con el que ya habíamos contactado previamente. Por un precio muy razonable, nos iba a llevar durante toda la mañana a tres sitios: el mercado del tren, el mercado flotante y el templo del dragón. Básicamente, teníamos chófer privado de 9:00 a 17:00. Una auténtica pasada, porque además el tío era súper respetuoso, iba en silencio todo el camino y nos dejaba a nuestro rollo.
Nuestra primera parada fue el mercado del tren. El trayecto desde Bangkok duró una hora, que aprovechamos para editar el vídeo del día anterior. Cuando llegamos, el taxista nos dijo simplemente: “Yo os espero aquí, volved cuando queráis”.
En el mercado, lo primero fue ver las vías, recorrerlas, y meternos entre los puestos. Había zonas con bastante peste y unos peces gigantes que saltaban y que unas mujeres intentaban controlar a borrazos… un show un poco desagradable, sobre todo para Eva. Pero tras explorar bien el mercado, decidimos refugiarnos del calor en una cafetería con aire acondicionado donde tomamos un smoothie de mango riquísimo. Luego volvimos a buscar un buen sitio para ver pasar el tren. No había mucha gente, así que encontramos sitio rápido. El tren nos sorprendió por lo gigante que era, aunque iba muy despacio. Tras eso, echamos un vistazo a unas tiendecillas más, nos hicimos una foto en el tren, y nuestro chofer apareció mágicamente.
De ahí fuimos al mercado flotante. Pensábamos que teníamos una barca incluida, pero no. Al final fue lo mejor, porque descubrimos que andando se disfruta más. Desde tierra puedes entrar en los puestos, regatear, ver los detalles… y nos encantó. Nuestro objetivo allí era conseguir los típicos pantalones de elefante para el templo, porque yo no llevaba pantalón largo. Queríamos que fuesen iguales y no pagar más de 100 bahts. Costó un poco, pero ¡lo conseguimos!
Otra vez apareció nuestro chofer y nos llevó al último destino: el templo del dragón (Wat Samphran).
Mientras íbamos camino al templo del dragón, vimos en el grupo de WhatsApp Tailandia para todos que una chica vendía dos entradas para un combate de Muay Thai. Justo era algo que queríamos hacer, pero como era caro, habíamos pensado dejarlo para la vuelta a Bangkok. Sin embargo, al ver esta oportunidad tan buena y más barata, no quisimos desaprovecharla y las compramos al momento.
Sobre el templo del dragón la verdad que no teníamos muchas expectativas, incluso habíamos dudado si ir, pero ¡madre mía! Fue una pasada. El templo nos dejó flipando. Estaba lleno de monjas que guiaban un pequeño ritual, pedimos deseos al Buda y subimos hasta arriba del dragón. Pensábamos que nos iban a pedir pantalón largo, pero nada, pasamos con pantalón corto sin problema. Lo más fuerte es que estábamos completamente solos. El buda gigante, el templo, todo para nosotros. Una experiencia brutal.
Ya eran casi las 16:00, así que volvimos al hotel, tardamos una hora y cuarto en volver. Durante todo el día apenas habíamos comido, solo unos cacahuetes y unos Cheetos que teníamos guardados.
Como esa noche teníamos entradas para Muay Thai, decidimos comprar unas hamburguesas en el 7-Eleven, comérnoslas rápido, descansar media hora, ducharnos y salir pitando.
El Muay Thai fue otro nivel. Al principio parecía que no iba a ser gran cosa, pero conforme fueron avanzando las peleas y metieron luces, pantallas y shows tipo americanos, nos enganchamos a tope. Hubo Dance Cam, regalaban camisetas… ¡y casi nos dan una! El animador nos señaló, nos emocionamos… y al final se la dio a otro. Robo histórico. Pero bueno, la experiencia fue de 10. También nos comimos un perrito caliente.
Al salir, dudamos si subir a un rooftop o no, pero yo estaba reventado. Además, ya eran las 9:30 y queríamos planear el día siguiente, porque mañana volamos a Chiang Mai. Así que volvimos al hotel.Read more