Minas Gerais

Aunque estuve un mes en Brasil, gracias al trabajo remoto, tenía que combinar mi rutina habitual de trabajo y gimnasio con amigos, familia (nombrarlos a todos sería muy largo) y salidas en general en la ciudad, Sacramento, o fuera de ella.

Pero si debo hablar de lugares para visitar en Sacramento estaría la más que conocida Gruta Dos Palhares, una caverna gigantesca, la más grande de arenisca en Latinoamérica. Que además cuenta con servicios adicionales como restaurante, piscina y juegos para niños.

En cuanto a la gastronomía, tenemos a cervecería Zandoná en el barrio Rosario de Sacramento. Ahí mismo, en la esquina, está la Picanha na Praça que se llena de gente en la tarde, tanto que deben instalar en la plaza sillas y mesas para atender a toda la demanda. A diferencia de antes, ahora esta plaza tiene más movimiento que la plaza central durante la noche.

Para almorzar hay varias alternativas. La que más nos gustó fue Armazem, en el centro. Calle Maj. Lima.

Teniendo en cuenta que en Brasil aclara más temprano que en Chile, por lo que todo comienza antes. La gente se levanta más temprano, almuerza más temprano y se acuesta más temprano. Con mi horario, almorzar después de las 13 horas, ya no quedaba mucha variedad de comida en cualquiera de los restaurantes que íbamos.

Durante la noche, están la opción de un bus que se instala en la plaza vendiendo hamburguesas, o si el gusto es por la pizza, la que más me gustó fue Giovanna. No sé dónde queda porque pedimos a domicilio.

Frente al gimnasio WMX, justo en la esquina, hay una tapioquería de dueños bahianos (un estado con gusto por la comida picante), ahí nos gustaron las crepiocas, que son unas especies de tortillas rellenas hechas con harina de yuca con huevo.

En Uberaba, conocí por fin Zebu Carnes, una churrascaría donde aproveché de comer picanha a más no poder. También probé cupim (la joroba de esta raza bovina) "temperado" (aliñado) y contrafilé (que para nosotros es el lomo liso).

Saliendo de Minas Gerais, cruzando el Río Grande y entrando al estado de São Paulo, está Rifaina, una ciudad pequeña pero turística y de rápido crecimiento vertical (edificios de departamentos). Allí almorzamos en "Quiosque do Marelo", pero dada la cantidad de gente que había en todos lados, la atención fue bastante lenta.

Nos tocó temporada de lluvia. Aun así, aprovechamos de recorrer bastante. No habría sido posible sin la compañía de la familia en Brasil, así que muchas gracias. De hecho, Fulvio (cuñado) y Doña Fatima (suegra) nos acompañaron de vuelta hasta la mismísima ciudad de São Paulo.

Más que agradecidos y hasta la próxima si Dios quiere.Okumaya devam et