Departamento de Nariño

Colombia nos tiene acostumbrados a que cada sitio que vamos es "el mejor del mundo". Así, el Páramo de Ocetá es "el más bello del mundo", la Laguna de Tota es "la más bella del mundo", Barichara es el pueblo más bonito de Colombia y uno de los más lindos del mundo, y el Santuario de Las Lajas no podía quedar atrás y ha sido declarado como la segunda maravilla del país. Aunque no solemos dar crédito a tales exageraciones, en este caso quedamos impresionados por la belleza y majestuosidad del Santuario, erigido sobre el cañón del río Guáitara.

Cuenta la leyenda que una india iba pasando por este lugar con su hija sordomuda de nacimiento cuando la niña oyó un llamado procedente de una cueva y así se lo hizo saber a su madre. La señora, asustada, le contó lo sucedido a sus patrones y al párroco del pueblo. Entonces, una gran peregrinación salió desde Ipiales para venerar a la virgen pintada en una piedra del cañón. Allí construyeron la primera iglesia, de madera y paja, en el 1754. Años más tarde la sustituirían con una capilla de ladrillo y cal. Para 1862 inauguraron el tercer templo, de cal y canto, con una galería para enterramientos y dos para hospedaje de visitantes. El Santuario que vemos hoy (la cuarta construcción) está hecho de piedra sillar y cal y canto y data de 1916. ¡Cuánto esfuerzo para venerar a una virgen que consideran milagrosa!

Por más de un siglo han llegado hasta aquí visitantes y peregrinos, creyentes y admiradores, gente de ambos lados de la frontera entre Colombia y Ecuador a oír misa, a pedir favores y a apreciar la belleza de la basílica. En los muros de los alrededores hay muchísimas tarjas que llevan inscrito el agradecimiento de los devotos por los favores que la virgen les ha concedido. También hay pedazos de algodón que los creyentes incrustan en las grietas pidiendo por la salud de sus allegados.

Esta fue nuestra última parada en el país y para los que vienen del sur será la primera, pues es, sin dudas, un sitio al que venir por su belleza y magnificencia, por el misticismo que le envuelve y porque dicen los colombianos que es el santuario "más bello del mundo".Læs mere