Conocida por su porcelana, Limoges nos acoge con rayos de sol y un croissant 🥐 nada más llegar. Recorremos sus calles y nos encontramos con su atractivo navideño: un árbol con bolas gigantes enLes mer
Pueblito con encanto, nos deja un paseo por su centro tranquilo un lunes, donde la mayoría de sus establecimientos están cerrados hasta el día siguiente. Entramos a su iglesia, tomamos algo en laLes mer
Cada sitio, cada lugar sorprende. Aparcas en un lugar que no atrae nada, que incluso te da problemas, pero atraviesas un par de calles por la mañana y todo es diferente. Tan diferente que amanecemosLes mer
Recuerdo visitar este pueblo durante mi año Erasmus, aunque hacía más calor. De esos pueblos que no olvidas, sobre todo por la postal que aún conservo en casa de aquella época. No quería dejarLes mer