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A pesar de ser un pueblo pequeño sin mucha arquitectura interesante, valió mucho la pena venir hasta aquí. Esto de que los monos capuchinos estén tan acostumbrados al ser humano, que anden por las calles como si fuera su hábitat natural, que entren a las casas y los negocios para llevarse lo que se les antoje y que te puedas acercar tanto a ellos que casi que los puedas tocar, es algo que se ve en pocos lugares; al menos en los que hemos recorrido hasta ahora.

Aquí confluyen el río Misahuallí y el Napo, y los alrededores la verdad es que son muy bonitos y relajantes; solo se pierde la tranquilidad cuando los monos andan haciendo de las suyas. Vimos como a una turista le intentaron abrir una mochila, a nosotros nos extendían los brazos para coger los teléfonos y nos contaron que en uno de los restaurantes uno se llevó un pollo entero de una cazuela 😝

Para los cubanos que nos hemos dedicado a las exploraciones, las ciencias y la aventura, este lugar tiene un significado un poco más allá de la simple visita o el paseo. Desde aquí partió en marzo del año 1987 la expedición "En canoa del Amazonas al Caribe", donde más de 300 personas participaron y viajaron a lo largo de los cauces del río Napo y el Amazonas, para más adelante continuar la travesía por las Antillas Menores y terminar al año siguiente en Las Bahamas. Muchos de estos expedicionarios fueron científicos cubanos, y para nuestra suerte y orgullo, unos cuantos son amigos cercanos.En savoir plus