Julia Arce

Son las 12:30 hs y hemos llegado a San Martín de Los Andes. Qué decir de este lugar... Si bien hemos venido varias veces, hacía mucho que no veníamos acá. En el año 2021, exactamente hace 3 años, pasamos por aquí y notamos que la ciudad había crecido mucho. Nos dio muchas ganas de volver para recorrerla y descubrirla nuevamente. Este año dijimos: ¡es el momento! Así que aquí estamos, listos para llegar a la cabaña que alquilamos. Nos enviaron la ubicación donde encontrarnos con la encargada de recibirnos. Mientras subíamos una montaña, nos reíamos y discutíamos por las direcciones que nos daba el GPS, que nos mandaba por calles que no existían. ¡El lugar era tremendo! Ascendimos una montaña, curva tras curva, y encima, ripio. La encargada nos guió con su auto hasta la entrada del condominio. Cuando llegamos, nos informa que debemos anunciarnos y registrarnos como huéspedes del Lote 150, desde tal fecha hasta tal fecha, tanto el vehículo como nosotros. También nos dice que tenemos solo 10 minutos en auto dentro del condominio. ¡Madre mía! Dentro del condominio parecíamos estar participando en el Dakar, y creo que nos llevó unos 15 minutos llegar hasta allí. Finalmente, llegamos al Lote 150, bajamos por un camino de pendiente de tierra y piedritas unos escalones para llegar a la cabaña. La encargada nos informa todo lo respecto a la misma y nos sorprende al decirnos que en la alacena de abajo hay alimento para perros, que la propietaria compra para los perros vecinos que suelen visitar la cabaña. Bajamos los bolsos por la pendiente y comenzamos a acomodarnos.

La verdad la cabaña tenía una gran vista y optamos por quedarnos y arrancar mañana a recorrer. Cuando comenzamos a acomodar nuestras cosas nos damos cuenta que la cabaña le faltaba mucha pero mucha limpieza, lamentablemente yo creo que la propietaria no está cerca y delega y cuando sucede esto, pasa esto!!!
Recordaba a Paola, una conocida que era supervisora del Hotel Alvear, cuando un huésped se retiraba y efectúan el aseo de la habitación al finalizar la misma, ella se colocaba un guante Blanco ingresaba en la habitación y pasaba el dedo hasta en el rincón más oculto de la misma. Pase mi dedo sobre La mesada y mis dedos salieron negros de la tierra, es entendible que puede haber polvito o tierra, ya que esta cabaña está en un condominio que está al 80% Virgen, que están edificando pero está tierra que salieron en mis dedos no era efecto del entorno.
Era de días…los vidrios, por Dios 🤦‍♀️🤦‍♀️ y las telarañas por doquier…. Hablaremos al respecto con la propietaria, antes de calificarla en la plataforma ! Aunque la contactamos previamente para hacer por fuera de la misma y ella no quiso 🤔🤔así que todavía no hemos decidido que vamos a hacer al respecto.
La elegimos por las reseñas que tenia, nos quedamos realmente sorprendidos que nadie haya notado esto, nosotros seremos extraterrestres 😳 😳
Punto aparte no nos vamos a amargar.
Y comenzaron a llegar los amigos de 4 🐾 🐾 primero llego uno todo negro y luego yo estaba arriba y Carlos gritaba Juuuu veni mira cayó un perro 🐕 enorme, bajo y lo miro y descubro que era una perro de la raza Akita Inu, el mismo de la película de Richard Gere “Hachiko: A Dog’s Story” (Hachiko: Siempre a tu lado), donde Gere interpreta a un profesor universitario que forma un vínculo especial con un perro Akita llamado Hachiko. Es una conmovedora historia basada en hechos reales sobre la lealtad y el amor incondicional de un perro hacia su dueño. Bueno el Akita caricia va, caricia viene con Carlos, en un descuido ingreso a la noche a la cabaña y se acomodo plácidamente entre nosotros dos y se recostó y ahí quedó !!! El tema que no lo conocíamos y no podíamos dejarlo adentro por si orinaba o destrozaba algo! Así que agarre alimento, salí y lo coloque en el deek de madera y “Aki” salió a comer, entre apresurada y puffff 😖😣😖me golpee el pie 🦶 con el zócalo del marco de la puerta que era aluminio, que dolorrr 🤦‍♀️🤦‍♀️🤦‍♀️ así que me sente en el sofá, pie 🦶 para arriba y hielo !!! Y esta historia continua ….Read more