Hasta el norte de Italia

August 2023 - May 2024
Volvemos a viajar los 4 más Fiona camino de Italia.
Ana y yo hemos cambiado poco con respecto al año anterior.
Carlos ha echado cuerpo y le ha crecido bigote y perilla.
Oliver ha crecido en todos los ámbitos. Más grande y más mayor.
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  • Day 11

    Verona, una gran desconocida

    August 18, 2023 in Italy ⋅ 🌙 26 °C

    Nos levantamos en Venecia y tras pasear a la orco, desayunar y recoger, nos pusimos en camino a la última gran ciudad de nuestro viaje, Verona.
    Llegamos a la hora de comer tras haber hecho compra en un Aldi, como en casa.
    Tras una comida de menú degustación a la carta (cada uno elige de las sobras de los últimos días) cogimos camino a la ciudad renacentista.
    Lo primero el anfiteatro romano. Inmenso y muy bien cuidado, pero imposible de visitar porque por la noche iba a haber una ópera.
    Después casa de Julieta. Menos mal que el personaje de sackespeare no existió en realidad, porque la tradición es tocarle un pecho a la estatua del personaje quinceañero. La tradición turística promocionando la pedofilia.
    Allí nos encontramos a Gaizca, Itxaso y las chicas, a los que íbamos pisando los talones los últimos 4 días.
    Recorrimos juntos las plazas y calles de Verona y sus dos puentes, que cruzan un río impresionante por su tamaño y caudal.
    Lo más curioso de la ciudad es que, teniendo una historia muy importante desde la época de la república romana, siendo una de las ciudades de toda Italia que más tiempo fue independiente y teniendo un montón de personajes famosos, lo que conozcamos los extranjeros es una historia inventada por un escritor inglés, y su lugar más visitado un balcón donde nunca ocurrió lo que cuenta el libro.
    Así somos los turistas.
    Ya de noche volvimos al área, ducha, cena y nos preparamos para el siguiente.
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  • Day 12

    De camino al Mare Nostrum, Florencia.

    August 19, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 26 °C

    Llevábamos ya algunos días baturrando una alternativa al viaje por la Costa Azul. La vuelta por los Alpes, aunque tentadora, es parte del proyecto del próximo año. Además, el arreglo de la autocaravana no funcionó cien por cien, por lo que la estamos tratando con cariño, sin grandes acelerones ni sobre revoluciones hasta que nos la vean en Madrid.
    La otra alternativa, con su puntito de gracia como fin de la aventura, es dejarnos sumergir en la esencia veneciana y lanzarnos al Mare Nostrum hacia nuestras tierras.
    Y en ello estamos.
    Para viajar en barco (Ferry en este caso) a Barcelona tenemos dos posibilidades, desde Génova y desde Civitavechia, junto a Roma.
    Para Génova ya no era posible reservar nada, así que nos dirigimos camino a Roma, a montar en nuestra Nao Victoria (para los curiosos, la Nao Victoria fue la única que logró regresar a España tras dar la vuelta al mundo con Magallanes)
    El viaje desde Verona es de unos 500 kilómetros, lo que a velocidad de autocaravana y en fin de semana de agosto en Italia, puede suponer unas 7 horas, por lo que lo dividimos en dos, o más bien en tres. Hoy volveríamos a Florencia, mañana domingo a un lago a 60 kilómetros de nuestro destino, y el lunes llegaríamos a puerto a embarcar por la tarde.
    El viaje va a ser peculiar.
    Ya no quedaban camarotes, y la perra viene con nosotros.
    Para dormir hemos reservado 3 sillones parecidos a los de los hospitales. Y el cuarto se quedará en cubierta con la perra.
    Pero eso es el futuro, que aún está por escribir.
    El viaje a Florencia fue bien.
    Volvimos al área que ya conocíamos, discutimos con una vecina porque la Tierra no es plana, y pasamos las horas de calor jugando a lo que podíamos.
    Para la tarde reservamos un free tour sobre misterios de Venecia.
    Carlos revindicó su derecho de adolescente a pasar de nosotros un par de horas, por lo que cogimos el tranvía Oliver, Ana y yo.
    Tras llegar a Florencia como el que llega a su casa ( todo nos era familiar) dimos un paseo haciendo tiempo, con helado italiano incluido. Cuando quedaban 10 minutos mire en la aplicación el sitio exacto, que estaba a 15 de donde yo pensaba, por lo que llevamos a Oliver literalmente corriendo de una punta a otra de Florencia. Cuando termine el viaje será capaz de correr una maratón sin despeinarse.
    La guía tenía algo peculiar, que quedó desentrañado cuando nos dijo que era gallega. Sus esfuerzos por ser divertida son algo digno de reconocer (para el que dude de mi apreciacion que se imagine a Fraga o a Rajoy de juerga, contando chistes)
    Las historias que contó fueron muy curiosas. Parte de realidad, con su puntito canalla y muy humano (celos, cuernos, comidas aderezadas que te llevan a la tumba...) Y parte de fantasía (ángeles que pintan cuadros, muertas que no están muertas...), en fin, dos horas super agradables
    Terminamos en la plaza de las estatuas dónde estaban dando un concierto de música clásica al aire libre. Un escándalo.
    Ya de vuelta nos duchamos y nos acercamos a una pizzería junto al área a cenar.
    El mundo de las pizzas en Italia es algo para escribir un tratado de más de 1000 páginas. Imagino que como es algo que les pondrán hasta en el biberón (o chupete de peperoni) ellos lo entienden, pero los ingredientes y sabores tienen poco que ver con lo que comemos en España.
    Las 4 que pedimos tenían:
    La margarita solo pomodoro y queso.
    La segunda (a partir de aquí innombrables) con espinacas y albahaca, la tercera con patatas rojas que más bien parecen rábanos, y espinacas, y la cuarta con queso burrata, tomate seco y hojas que lo vendan como lo vendan eran dientes de león. ¿Cual había pedido Oliver?
    Con esto el día dio por finalizado y nos enfrentamos a otra noche de calor y mosquitos muertos de hambre.
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  • Day 13

    Junto a Roma, en el lago

    August 20, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 35 °C

    Tras hacer colada y recoger cogimos camino a Roma.
    Habíamos seleccionado un lago que nos dejaba a 65 kilómetros de Civitavecchia.
    Tres horas de viaje, una gran parte por autovía, pero los últimos 60 kilómetros por caminos llenos de baches y que marcaban a 30 k/h.
    Al final llegamos a un área peculiar, pero tras la experiencia adquirida estos días, no sorprendente.
    Aparcamos en la puerta, a apenas 20 metros de la orilla de un lago enorme, que al ser parque natural tenía el agua clara y limpia.
    Y a 300 metros había una playa específica para perros.
    Así que, entre todos, que no tenemos buenas ideas, decidimos darle a Fiona su primer baño.
    Lloró, nado, nos miró como si estuviéramos locos y siguió llorando. Pero sus patas no volvieron a tocar el agua.
    Tras ello, a las 8 de la noche nos fuimos a cenar.
    Y aquí entra otro de los grandes incisos de este viaje. Resulta que no hay cambio de hora entre España e Italia, pero a cambio a las 6 de la mañana pega un solazo tremendo, y a las 8 de la tarde ya es de noche. Eso permite que a partir de las 6,30 de la tarde ya se pueda pasear por cualquier sitio.
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  • Day 14

    Es mi barco mi tesoro, es mi dios ...

    August 21, 2023 in Spain ⋅ 🌙 27 °C

    Y por fin llegó el día de emular a esos grandes genoveses,, venecianos, portugueses... y algún que otro español.
    El barco, enorme. Pero en realidad sólo las plantas 10 y 11 son interesantes. La 7, 8 y 9 son camarotes y salas de sillones para dormir. Las inferiores garajes. La planta 11 es la cubierta superior. Tiene una zona de piscina y bar, y un montón de hamacas.
    Y la 10 todo tipo de bares y lugares donde comer y comer y comer. Según Ana se me ha olvidado el jacuzzi, el gimnasio, el casino y la sala de juegos para niños. Será que no hemos catado ninguna.
    Nosotros nos vimos limitados por Fiona. La realidad es que como reservamos tarde no quedaban camarotes, por lo que nos tocaron sillones, y allí la perra no puede entrar.
    La opción es que uno duerma en un pasillo o en cubierta, en una hamaca . Mañana habremos salido de dudas.
    Eso sí no hemos salido volando, porque en cubierta el viento en popa a toda vela, no corta el mar si no vuela... Otra vez me he ido de tema.
    Hace tanto viento que en llegar a proa se tardan 10 minutos, y en volver a popa unos 10 segundos
    (Para los que no hayan tenido una rica vida marinera, surcando cual corsario al servicio de la corona los 7 mares, proa es el principio del barco, popa el final, y mirando de popa a proa, estribor la diestra y babor la siniestra).
    En fin, que mañana os podré sacar de dudas (cuando logremos salir nosotros, que somos los que lo sufriremos).
    Pd. A Carlos no lo tenemos encerrado en ningún lugar. Con las fotos hace valer los privilegios que Carlos III ofreció en los fueros para puvertates según los cuales los jóvenes entre 14 y 17 años están exentos en ser dibujados o retratados por cualquier medio duradero si no es de su agrado y voluntad.
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  • Day 15

    Amanecer en alta mar, noche de ...

    August 22, 2023, Western Mediterranean ⋅ ☀️ 26 °C

    Inicio el relato a las 10 de la mañana, y quizás no sea el mejor momento para hacerlo, por lo que haré una segunda entrega un poco más tarde.
    Conclusiones de la noche:
    - sueño, sueño y mucho sueño. Los intentos de dormir no han sido muy exitosos.
    Como en parte la razón es la segunda conclusión, vamos con ella.
    _ Los italianos nos dan sopas con ondas en ruidosos, escandalosos, aprovechados y me atrevería a decir abusicas.
    _ El barco es muy bonito por fuera, pero una semanita de arreglos no estaría mal.
    - que no te vendan la moto. Camarote sinónimo de dormir.
    Sillones o cubierta sinónimo de ruido, humedad, frío, olores a pies diversos, ronquidos y demás ruidos animales y de aprovechados que te quitan el sitio como respires 2 veces.
    El relato comienza a las 11 de la noche, cuando nos planteamos dormir. Carlos y Ana querían dormir en cubierta con Fiona. Excepto mucho viento no había ningún otro aspecto negativo. Las tumbonas eran muy cómodas, y pegándose a una pared solucionaba lo del aire. El ruido del motor parecía que no iba a ser un gran problema.
    Oliver y yo nos bajamos a la sala de sillones. Abrir la puerta fue similar a la descripción de Dante en la Divina Comedia de la entrada en el infierno. Habíamos reservado nuestros asientos (los que oficialmente teníamos en el billete) con unas toallas y bolsas de ropa.
    El resto de los más de 200 asientos estaban copados por multitud de amasijos humanos en diferentes formas y posturas. A la entrada una madre con dos pequeñajos llorando, rodeados de bolsas de palomitas y patatas como sustitutos de un entorno medianamente habitable para ellos. Dos filas más atrás dos posibles retoños humanos de sexo masculino de unos 10 o 12 años, con una cercanía genética muy próxima al león marino, y cuyo consumo constante de azúcar necesario para mantener esa estructura corpórea les había convertido en dos monstruos de tasmania tal como se describían en la Warner.
    Justo delante de nuestros asientos, ocupando toda la fila, una masa ingente que parecía pertenecer a un solo ser y que desprendía un aroma cercano a lo más horrible que cualquier ser pueda haber olido sin perecer.
    Y justo en el asiento de detrás del nuestro un ser mitológico, con cabeza de jabalí, cuerpo de ballena azul con 18 meses de gestación y pies de orco de los más feos que se puedan imaginar. Cuando en absoluto sock nos sentamos intentamos reclinar los asientos, pero descubrimos que un poco de inclinación chocaría con la bestia, pudiendo despertarla de su sinfonía de ruidos diversos que salían de sus fauces.
    Viendo la cara de sorprehorror de Oliver (la mía debía ser muy similar. Imagino que si algún tipo de infierno existe y mueres repentinamente, debe ser la cara que pones al atravesar el umbral del mismo) decidimos volvernos a cubierta.
    Ya los 4 en hamaca nos cubrimos para intentar alejar de nuestra piel la húmedad salerosa que nos impregnaba.
    Tras varias horas de intentar dormir, cuando el frío y la humedad ya invadían hasta el último rincón de nuestro cuerpo, nos metimos en el interior del barco, buscando un hueco en el que poder tumbarnos a descansar. Dormimos algo más de 2 horas, menos Ana que se veía constantemente interrumpida por la perra. Quería cagar.
    A las 6 de la mañana el barco paro en una isla italiana, en la que bajaron casi la mitad del pasaje, y subieron otros tantos. Para los que bajaron era medio día en su pueblo en las fiestas de su virgen particular. Gritos, carreras, saludos a la perra a lo italiano...
    Así que se terminó dormir. Nos arrastramos a una cafetería a por desayuno., Subimos a cubierta, paseamos por el pasillo y nos hicieron recoger. A las 8 de la mañana estábamos jugando a las cartas tras haber realizado todas las acciones que el barco nos permitía. Seguimos paseando, otro café, otros paseo por cubierta y así llegamos al inicio de este relato.
    Segunda parte:
    Iniciado a las 4,30, cuando ya solo quedan 2 horas para desembarcar.
    Dos siestas de más de 30 minutos en el salón de actos del barco y una comida en familia han mejorado el estado de ánimo. Ahora pensamos que incluso podemos llegar a tierra.
    Oliver se ha dado un baño en la piscina y ¡Sorpresa! La perra ha perdido dos colmillos y ha venido en ratoncito Gulliany (el barco es italiano)
    Como toda buena historia que se precie hay un ser malvado que nos persigue. Vestido de blanco, con calva más que incipiente y una aspiradora en la mano, aparece cuando más a gusto estamos y nos obliga a desplazarnos. Esperamos dejar de verle cuando abandonemos este barco.
    Continuaremos con una tercera parte tras habernos asentado ya en la madre patria.
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  • Day 16

    El final, del viaje, llegó y ...

    August 23, 2023 in Spain ⋅ ☀️ 34 °C

    El último día de nuestro viaje ha llegado.
    Dudábamos si alargarlo un día más, pero el tiempo atmosférico ha condicionado nuestro futuro inmediato.
    Nos hemos levantado en Tarragona, y a las 7 de la mañana ya notábamos fundirse el asfalto y evaporarse al instante el sudor de nuestra frente.
    Entre Tarragona y Madrid no existe, o por lo menos nuestra experiencia vital ha sido esa, lugar intermedio donde se pueda pasar el día y dormir por la noche.
    Pero antes de ello os preguntaréis como hemos llegado aquí.
    Nos quedamos con el barco a 2 horas de atracar. Decidimos pasar los últimos momentos de aguerridos lobos y lobas de mar en cubierta, eso sí, a la sombrita. Según nos acercàbamos a tierra se veían un montón de animalitos redondeados y de color marrón, que Carlos decía que eran tortugas. Entramos en puerto y nos tocó esperar para salir todos montados en nuestra autocaravana.
    En el barco los pisos del 7 al 2 son muelles de coches y camiones. El muelle 2, el nuestro, es el último en salir.
    Por ello nos dijeron que esperásemos a que hubieran desalojado el resto de muelles para bajar al nuestro.
    Creo que conviene aclarar que nuestro muelle está unos 10 metros por debajo del nivel del mar, por lo que no tiene ventilación ninguna, y como es el primero en cargar se organiza como un Tetris, no dejando ni un metro libre.
    Pues los listos de turno bajaron 30 minutos antes que los demás, se metieron en sus coches y tráilers y encendieron sus vehículos para poner el aire acondicionado. Cuando quisimos bajar el nivel de anhídrido carbónico, gasoil en suspensión, alquitrán, humos diversos, ácidos de todo tipo y todas aquellas mierdas volátiles que se os quieran ocurrir estaban a tope. sin exagerar por una vez (y sin que sirva de precedente) podíamos estar a más de 50 grados.
    Corrimos a nuestra auto y encendimos ventiladores, esperando poder salir cuanto antes, pero se empeñaron en sacar una autocaravana de espaldas por una rampa mínima de unos 50 metros de largo y 10 de altura. Tardaron 10 minutos en ver qué era imposible y empezar a sacar coches.
    Al final, tras casi 30 minutos de espera, pudimos salir.
    Viajamos una hora hasta Tarragona, y en las cercanías buscamos un área.
    Sólo restaba intentar retomar después de 1 día entero de Ferri.
    La nevera, apagada y a alta temperatura, apestaba. Tuvimos que tirar una bolsa de pescado descongelado que iba a ser la cena. Que tristes estaban Carlos y Oliver.
    Tras una buena ducha llegó el momento más importante, y siguiendo rigurosamente el turno que habíamos establecido fuimos a desocupar nuestros intestinos gruesos.
    Ya hoy por la mañana, tras volver a vaciar el Poti (bonito nombre para un aparato que acumula las mierdas y orines de los habitantes de la casa) iniciamos viaje de 600 kilómetros. Ya hemos comido en Mac Donalds, como es tradición, y continuamos rumbo a casa.
    La última huella será el análisis desde un punto de vista ecológico y epistemológico del viaje y sus consecuencias por parte de los 4 participantes.
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