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  • Day 16

    El final, del viaje, llegó y ...

    August 23, 2023 in Spain ⋅ ☀️ 34 °C

    El último día de nuestro viaje ha llegado.
    Dudábamos si alargarlo un día más, pero el tiempo atmosférico ha condicionado nuestro futuro inmediato.
    Nos hemos levantado en Tarragona, y a las 7 de la mañana ya notábamos fundirse el asfalto y evaporarse al instante el sudor de nuestra frente.
    Entre Tarragona y Madrid no existe, o por lo menos nuestra experiencia vital ha sido esa, lugar intermedio donde se pueda pasar el día y dormir por la noche.
    Pero antes de ello os preguntaréis como hemos llegado aquí.
    Nos quedamos con el barco a 2 horas de atracar. Decidimos pasar los últimos momentos de aguerridos lobos y lobas de mar en cubierta, eso sí, a la sombrita. Según nos acercàbamos a tierra se veían un montón de animalitos redondeados y de color marrón, que Carlos decía que eran tortugas. Entramos en puerto y nos tocó esperar para salir todos montados en nuestra autocaravana.
    En el barco los pisos del 7 al 2 son muelles de coches y camiones. El muelle 2, el nuestro, es el último en salir.
    Por ello nos dijeron que esperásemos a que hubieran desalojado el resto de muelles para bajar al nuestro.
    Creo que conviene aclarar que nuestro muelle está unos 10 metros por debajo del nivel del mar, por lo que no tiene ventilación ninguna, y como es el primero en cargar se organiza como un Tetris, no dejando ni un metro libre.
    Pues los listos de turno bajaron 30 minutos antes que los demás, se metieron en sus coches y tráilers y encendieron sus vehículos para poner el aire acondicionado. Cuando quisimos bajar el nivel de anhídrido carbónico, gasoil en suspensión, alquitrán, humos diversos, ácidos de todo tipo y todas aquellas mierdas volátiles que se os quieran ocurrir estaban a tope. sin exagerar por una vez (y sin que sirva de precedente) podíamos estar a más de 50 grados.
    Corrimos a nuestra auto y encendimos ventiladores, esperando poder salir cuanto antes, pero se empeñaron en sacar una autocaravana de espaldas por una rampa mínima de unos 50 metros de largo y 10 de altura. Tardaron 10 minutos en ver qué era imposible y empezar a sacar coches.
    Al final, tras casi 30 minutos de espera, pudimos salir.
    Viajamos una hora hasta Tarragona, y en las cercanías buscamos un área.
    Sólo restaba intentar retomar después de 1 día entero de Ferri.
    La nevera, apagada y a alta temperatura, apestaba. Tuvimos que tirar una bolsa de pescado descongelado que iba a ser la cena. Que tristes estaban Carlos y Oliver.
    Tras una buena ducha llegó el momento más importante, y siguiendo rigurosamente el turno que habíamos establecido fuimos a desocupar nuestros intestinos gruesos.
    Ya hoy por la mañana, tras volver a vaciar el Poti (bonito nombre para un aparato que acumula las mierdas y orines de los habitantes de la casa) iniciamos viaje de 600 kilómetros. Ya hemos comido en Mac Donalds, como es tradición, y continuamos rumbo a casa.
    La última huella será el análisis desde un punto de vista ecológico y epistemológico del viaje y sus consecuencias por parte de los 4 participantes.
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  • Day 15

    Amanecer en alta mar, noche de ...

    August 22, 2023, Western Mediterranean ⋅ ☀️ 26 °C

    Inicio el relato a las 10 de la mañana, y quizás no sea el mejor momento para hacerlo, por lo que haré una segunda entrega un poco más tarde.
    Conclusiones de la noche:
    - sueño, sueño y mucho sueño. Los intentos de dormir no han sido muy exitosos.
    Como en parte la razón es la segunda conclusión, vamos con ella.
    _ Los italianos nos dan sopas con ondas en ruidosos, escandalosos, aprovechados y me atrevería a decir abusicas.
    _ El barco es muy bonito por fuera, pero una semanita de arreglos no estaría mal.
    - que no te vendan la moto. Camarote sinónimo de dormir.
    Sillones o cubierta sinónimo de ruido, humedad, frío, olores a pies diversos, ronquidos y demás ruidos animales y de aprovechados que te quitan el sitio como respires 2 veces.
    El relato comienza a las 11 de la noche, cuando nos planteamos dormir. Carlos y Ana querían dormir en cubierta con Fiona. Excepto mucho viento no había ningún otro aspecto negativo. Las tumbonas eran muy cómodas, y pegándose a una pared solucionaba lo del aire. El ruido del motor parecía que no iba a ser un gran problema.
    Oliver y yo nos bajamos a la sala de sillones. Abrir la puerta fue similar a la descripción de Dante en la Divina Comedia de la entrada en el infierno. Habíamos reservado nuestros asientos (los que oficialmente teníamos en el billete) con unas toallas y bolsas de ropa.
    El resto de los más de 200 asientos estaban copados por multitud de amasijos humanos en diferentes formas y posturas. A la entrada una madre con dos pequeñajos llorando, rodeados de bolsas de palomitas y patatas como sustitutos de un entorno medianamente habitable para ellos. Dos filas más atrás dos posibles retoños humanos de sexo masculino de unos 10 o 12 años, con una cercanía genética muy próxima al león marino, y cuyo consumo constante de azúcar necesario para mantener esa estructura corpórea les había convertido en dos monstruos de tasmania tal como se describían en la Warner.
    Justo delante de nuestros asientos, ocupando toda la fila, una masa ingente que parecía pertenecer a un solo ser y que desprendía un aroma cercano a lo más horrible que cualquier ser pueda haber olido sin perecer.
    Y justo en el asiento de detrás del nuestro un ser mitológico, con cabeza de jabalí, cuerpo de ballena azul con 18 meses de gestación y pies de orco de los más feos que se puedan imaginar. Cuando en absoluto sock nos sentamos intentamos reclinar los asientos, pero descubrimos que un poco de inclinación chocaría con la bestia, pudiendo despertarla de su sinfonía de ruidos diversos que salían de sus fauces.
    Viendo la cara de sorprehorror de Oliver (la mía debía ser muy similar. Imagino que si algún tipo de infierno existe y mueres repentinamente, debe ser la cara que pones al atravesar el umbral del mismo) decidimos volvernos a cubierta.
    Ya los 4 en hamaca nos cubrimos para intentar alejar de nuestra piel la húmedad salerosa que nos impregnaba.
    Tras varias horas de intentar dormir, cuando el frío y la humedad ya invadían hasta el último rincón de nuestro cuerpo, nos metimos en el interior del barco, buscando un hueco en el que poder tumbarnos a descansar. Dormimos algo más de 2 horas, menos Ana que se veía constantemente interrumpida por la perra. Quería cagar.
    A las 6 de la mañana el barco paro en una isla italiana, en la que bajaron casi la mitad del pasaje, y subieron otros tantos. Para los que bajaron era medio día en su pueblo en las fiestas de su virgen particular. Gritos, carreras, saludos a la perra a lo italiano...
    Así que se terminó dormir. Nos arrastramos a una cafetería a por desayuno., Subimos a cubierta, paseamos por el pasillo y nos hicieron recoger. A las 8 de la mañana estábamos jugando a las cartas tras haber realizado todas las acciones que el barco nos permitía. Seguimos paseando, otro café, otros paseo por cubierta y así llegamos al inicio de este relato.
    Segunda parte:
    Iniciado a las 4,30, cuando ya solo quedan 2 horas para desembarcar.
    Dos siestas de más de 30 minutos en el salón de actos del barco y una comida en familia han mejorado el estado de ánimo. Ahora pensamos que incluso podemos llegar a tierra.
    Oliver se ha dado un baño en la piscina y ¡Sorpresa! La perra ha perdido dos colmillos y ha venido en ratoncito Gulliany (el barco es italiano)
    Como toda buena historia que se precie hay un ser malvado que nos persigue. Vestido de blanco, con calva más que incipiente y una aspiradora en la mano, aparece cuando más a gusto estamos y nos obliga a desplazarnos. Esperamos dejar de verle cuando abandonemos este barco.
    Continuaremos con una tercera parte tras habernos asentado ya en la madre patria.
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  • Day 14

    Es mi barco mi tesoro, es mi dios ...

    August 21, 2023 in Spain ⋅ 🌙 27 °C

    Y por fin llegó el día de emular a esos grandes genoveses,, venecianos, portugueses... y algún que otro español.
    El barco, enorme. Pero en realidad sólo las plantas 10 y 11 son interesantes. La 7, 8 y 9 son camarotes y salas de sillones para dormir. Las inferiores garajes. La planta 11 es la cubierta superior. Tiene una zona de piscina y bar, y un montón de hamacas.
    Y la 10 todo tipo de bares y lugares donde comer y comer y comer. Según Ana se me ha olvidado el jacuzzi, el gimnasio, el casino y la sala de juegos para niños. Será que no hemos catado ninguna.
    Nosotros nos vimos limitados por Fiona. La realidad es que como reservamos tarde no quedaban camarotes, por lo que nos tocaron sillones, y allí la perra no puede entrar.
    La opción es que uno duerma en un pasillo o en cubierta, en una hamaca . Mañana habremos salido de dudas.
    Eso sí no hemos salido volando, porque en cubierta el viento en popa a toda vela, no corta el mar si no vuela... Otra vez me he ido de tema.
    Hace tanto viento que en llegar a proa se tardan 10 minutos, y en volver a popa unos 10 segundos
    (Para los que no hayan tenido una rica vida marinera, surcando cual corsario al servicio de la corona los 7 mares, proa es el principio del barco, popa el final, y mirando de popa a proa, estribor la diestra y babor la siniestra).
    En fin, que mañana os podré sacar de dudas (cuando logremos salir nosotros, que somos los que lo sufriremos).
    Pd. A Carlos no lo tenemos encerrado en ningún lugar. Con las fotos hace valer los privilegios que Carlos III ofreció en los fueros para puvertates según los cuales los jóvenes entre 14 y 17 años están exentos en ser dibujados o retratados por cualquier medio duradero si no es de su agrado y voluntad.
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  • Day 13

    Junto a Roma, en el lago

    August 20, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 35 °C

    Tras hacer colada y recoger cogimos camino a Roma.
    Habíamos seleccionado un lago que nos dejaba a 65 kilómetros de Civitavecchia.
    Tres horas de viaje, una gran parte por autovía, pero los últimos 60 kilómetros por caminos llenos de baches y que marcaban a 30 k/h.
    Al final llegamos a un área peculiar, pero tras la experiencia adquirida estos días, no sorprendente.
    Aparcamos en la puerta, a apenas 20 metros de la orilla de un lago enorme, que al ser parque natural tenía el agua clara y limpia.
    Y a 300 metros había una playa específica para perros.
    Así que, entre todos, que no tenemos buenas ideas, decidimos darle a Fiona su primer baño.
    Lloró, nado, nos miró como si estuviéramos locos y siguió llorando. Pero sus patas no volvieron a tocar el agua.
    Tras ello, a las 8 de la noche nos fuimos a cenar.
    Y aquí entra otro de los grandes incisos de este viaje. Resulta que no hay cambio de hora entre España e Italia, pero a cambio a las 6 de la mañana pega un solazo tremendo, y a las 8 de la tarde ya es de noche. Eso permite que a partir de las 6,30 de la tarde ya se pueda pasear por cualquier sitio.
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  • Day 12

    De camino al Mare Nostrum, Florencia.

    August 19, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 26 °C

    Llevábamos ya algunos días baturrando una alternativa al viaje por la Costa Azul. La vuelta por los Alpes, aunque tentadora, es parte del proyecto del próximo año. Además, el arreglo de la autocaravana no funcionó cien por cien, por lo que la estamos tratando con cariño, sin grandes acelerones ni sobre revoluciones hasta que nos la vean en Madrid.
    La otra alternativa, con su puntito de gracia como fin de la aventura, es dejarnos sumergir en la esencia veneciana y lanzarnos al Mare Nostrum hacia nuestras tierras.
    Y en ello estamos.
    Para viajar en barco (Ferry en este caso) a Barcelona tenemos dos posibilidades, desde Génova y desde Civitavechia, junto a Roma.
    Para Génova ya no era posible reservar nada, así que nos dirigimos camino a Roma, a montar en nuestra Nao Victoria (para los curiosos, la Nao Victoria fue la única que logró regresar a España tras dar la vuelta al mundo con Magallanes)
    El viaje desde Verona es de unos 500 kilómetros, lo que a velocidad de autocaravana y en fin de semana de agosto en Italia, puede suponer unas 7 horas, por lo que lo dividimos en dos, o más bien en tres. Hoy volveríamos a Florencia, mañana domingo a un lago a 60 kilómetros de nuestro destino, y el lunes llegaríamos a puerto a embarcar por la tarde.
    El viaje va a ser peculiar.
    Ya no quedaban camarotes, y la perra viene con nosotros.
    Para dormir hemos reservado 3 sillones parecidos a los de los hospitales. Y el cuarto se quedará en cubierta con la perra.
    Pero eso es el futuro, que aún está por escribir.
    El viaje a Florencia fue bien.
    Volvimos al área que ya conocíamos, discutimos con una vecina porque la Tierra no es plana, y pasamos las horas de calor jugando a lo que podíamos.
    Para la tarde reservamos un free tour sobre misterios de Venecia.
    Carlos revindicó su derecho de adolescente a pasar de nosotros un par de horas, por lo que cogimos el tranvía Oliver, Ana y yo.
    Tras llegar a Florencia como el que llega a su casa ( todo nos era familiar) dimos un paseo haciendo tiempo, con helado italiano incluido. Cuando quedaban 10 minutos mire en la aplicación el sitio exacto, que estaba a 15 de donde yo pensaba, por lo que llevamos a Oliver literalmente corriendo de una punta a otra de Florencia. Cuando termine el viaje será capaz de correr una maratón sin despeinarse.
    La guía tenía algo peculiar, que quedó desentrañado cuando nos dijo que era gallega. Sus esfuerzos por ser divertida son algo digno de reconocer (para el que dude de mi apreciacion que se imagine a Fraga o a Rajoy de juerga, contando chistes)
    Las historias que contó fueron muy curiosas. Parte de realidad, con su puntito canalla y muy humano (celos, cuernos, comidas aderezadas que te llevan a la tumba...) Y parte de fantasía (ángeles que pintan cuadros, muertas que no están muertas...), en fin, dos horas super agradables
    Terminamos en la plaza de las estatuas dónde estaban dando un concierto de música clásica al aire libre. Un escándalo.
    Ya de vuelta nos duchamos y nos acercamos a una pizzería junto al área a cenar.
    El mundo de las pizzas en Italia es algo para escribir un tratado de más de 1000 páginas. Imagino que como es algo que les pondrán hasta en el biberón (o chupete de peperoni) ellos lo entienden, pero los ingredientes y sabores tienen poco que ver con lo que comemos en España.
    Las 4 que pedimos tenían:
    La margarita solo pomodoro y queso.
    La segunda (a partir de aquí innombrables) con espinacas y albahaca, la tercera con patatas rojas que más bien parecen rábanos, y espinacas, y la cuarta con queso burrata, tomate seco y hojas que lo vendan como lo vendan eran dientes de león. ¿Cual había pedido Oliver?
    Con esto el día dio por finalizado y nos enfrentamos a otra noche de calor y mosquitos muertos de hambre.
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  • Day 11

    Verona, una gran desconocida

    August 18, 2023 in Italy ⋅ 🌙 26 °C

    Nos levantamos en Venecia y tras pasear a la orco, desayunar y recoger, nos pusimos en camino a la última gran ciudad de nuestro viaje, Verona.
    Llegamos a la hora de comer tras haber hecho compra en un Aldi, como en casa.
    Tras una comida de menú degustación a la carta (cada uno elige de las sobras de los últimos días) cogimos camino a la ciudad renacentista.
    Lo primero el anfiteatro romano. Inmenso y muy bien cuidado, pero imposible de visitar porque por la noche iba a haber una ópera.
    Después casa de Julieta. Menos mal que el personaje de sackespeare no existió en realidad, porque la tradición es tocarle un pecho a la estatua del personaje quinceañero. La tradición turística promocionando la pedofilia.
    Allí nos encontramos a Gaizca, Itxaso y las chicas, a los que íbamos pisando los talones los últimos 4 días.
    Recorrimos juntos las plazas y calles de Verona y sus dos puentes, que cruzan un río impresionante por su tamaño y caudal.
    Lo más curioso de la ciudad es que, teniendo una historia muy importante desde la época de la república romana, siendo una de las ciudades de toda Italia que más tiempo fue independiente y teniendo un montón de personajes famosos, lo que conozcamos los extranjeros es una historia inventada por un escritor inglés, y su lugar más visitado un balcón donde nunca ocurrió lo que cuenta el libro.
    Así somos los turistas.
    Ya de noche volvimos al área, ducha, cena y nos preparamos para el siguiente.
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  • Day 10

    Segundo dia en Venecia

    August 17, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 30 °C

    Empezamos el segundo día en Venecia. Antes de hablar de la ciudad, es imprescindible mencionar el parque que hay detrás del área de autocaravanas. Parque de San Juliano. Es uno de los parques más grandes, verdes, cuidados y bonitos que conozco. Por un lado da a una laguna que empalma con la ciudad de Venecia. Un lujazo de sitio.
    Llegamos a Venecia en autobús y decidimos recorrer la ciudad andando. Eso nos permitió llegar a una heladería. El método científico me permite establecer nuevamente la ley del helado italiano. No tiene comparación con el de ningún otro sitio.
    De pronto nos encontramos frente al museo de Leonardo D`vinchi y nos acordamos de la película de Spiderman. El profesor decía que no estaba abierto, y que ese museo era la causa por la que habían ido a Venecia. Así que entramos sin dudarlo.
    El sitio valía la pena. La planta baja hablaba de sus cuadros, pero el piso superior era un conjunto de inventos suyos que se podían tocar y probar.
    Continuamos hasta el embarcadero donde cogimos un barco a Murano, por eso de ver el lugar original de un cristal tan conocido. Entramos en el museo y declinamos ver la fábrica donde soplaban el cristal, ya que habían pasado las 2 de la tarde y había que volver a Venecia.
    En la ciudad de los canales nos sentamos a comer en uno de esos restaurantes donde piensas que solo comen los pardillos, pero el hambre apretaba. La lasaña de Oliver estaba un poco pasada, mis spaguettis un poco duros y sosos, y las pizzas de Ana y Carlos, sin embargo, estaban muy buenas. Aún intentándolo no son capaces de hacerlas mal.
    Allí mismo había un gondolero.
    Irse de Venecia sin montar en góndola es como entrar en un restaurante de 5 tenedores y no ir a probar el cuarto de baño.
    Lo que a primera vista puede parecer un antojo de friqui se convirtió en una de las mejores experiencias del viaje.
    Todo el barullo y jaleo de la superficie se convierte en silencio y paz. Como no hay que esquivar a nadie te puedes centrar en mirar a tu alrededor, y ver la cantidad de palacios que conforman las calles. Me encantó el estilo gótico bizantino, con sus arcos mezcla del estilo gótico con el estilo que conocemos en España fruto de los años de convivencia con la cultura arabe, del que se muy poco pero del que sabré a no mucho tardar.
    Cuando te cuentan la historia de los que vivían en esas calles descubres el poder real que tuvo Venecia, centro real de comunicación con Constantinopla y lugar de comercio con toda Asia.
    Vimos la casa de Marco Polo, y la imaginación se disparó a 500 años atrás. Viviendo en un entorno semejante es lógico que no tuviera problemas para internarse en un mundo desconocido y empaparse de todos los saberes del imperio chino.
    Terminado el paseo llegó la hora de comprar algún recuerdo, búsqueda complicada por las diferencias de precios en función de lo pijas que eran las tiendas. El mismo gatito de murano podía costar 5 € o 45, solo por estar en una calle o en la lateral.
    Volvimos a coger vaporeto y nos despedimos de la ciudad
    Ya solo quedaba descansar para volver a viajar al día siguiente.
    Ante la pregunta de qué ciudad prefiero, en estos momentos me siento incapaz de decantarme, pero sin duda el norte de Italia es una absoluta maravilla.
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  • Day 9

    Llegada a Venecia

    August 16, 2023 in Italy ⋅ ☀️ 31 °C

    Salimos de Florencia temprano camino de Venecia, el penúltimo gran destino de nuestro viaje.
    Remontándonos en el tiempo a años atrás, Ana nos hablaba de Venecia, sus calles de agua, sus desplazamientos por la ciudad en barco, de lo caro que es el café en la plaza de San Marcos...
    Así que fuimos al nuevo destino con la duda de si podría acercarse, aunque fuera de lejos, a Florencia.
    Tras aparcar en un parking curioso, en el que no te cobraban si viajabas en sus barcos, y coger un susodicho, nos acercamos a la ciudad.
    Habíamos intentado entrar en el área de autocaravanas pero estaba llena. Aún así, una familia española que salía nos regaló los pases que les sobraron y los billetes de tranvía. Nos acabamos de ahorrar un buen dinero.
    Ya de camino, lo primero que llama la atención es la cantidad de pilotes de madera, de más de un metro de diámetro, que marcan el camino que deben seguir los barcos en el mar.
    Desembarcamos a las afueras de la ciudad y comenzamos a intentar llegar a la plaza de San Marcos. La ciudad es un auténtico laberinto, con calles con giros extraños, algunas que terminan en uno de los canales, las anchas abarrotadas de gente, las estrechas que no sabes dónde llevan.
    Pronto descubrimos que en lo alto había señales que indicaban los sitios principales de la ciudad.
    De pronto una señora nos gritó, en una calle repleta de gente, en puro italiano y haciendo aspavientos con los brazos
    -"¡El caniiii! ¡El acua es gratis! ¡Da de beber al cani en ostreria! ¡Pobrecini, que beba, que beba!"
    Cualquiera le llevaba la contraria. Me recordaba las películas de Sofia Loren, en las que por una paja en el hombro volaban los tortazos. Así que Ana entró en la ostreria y pidió agua para la perra.
    Llegamos a plaza de San Marcos, tras haber mascado la tragedia cuando nos aproximábamos. Cada giro de calle que no acercaba, la marea humana crecía. En la plaza, abriéndonos paso entre el gentío, dimos un paseo e hizimos el millón de fotos correspondiente (si la polizia no te veía con el móvil en alto y el pulgar agitándose podría pensar que eres terrorista, o peor aún para los italianos... ¡Ateo!)
    Pasamos al punto de información a realizar las preguntas imprescindibles para conocer la ciudad: donde hay fuentes para rellenar las botellas, y dónde están situados los servicios públicos para los apretones (se nota la experiencia adquirida en Florencia, y la falta de cintura de la guía, que no sabía dónde había fuentes y nos ofreció el servicio del punto de información)
    Posteriormente descubrimos que el que realizó el mapa de la ciudad que compramos es padre o abuelo, y había marcado los servicios públicos en el mismo.
    Pasamos por delante del puente de los suspiros. Cuenta la leyenda que esté puente cruzaba de la corte de justicia a la cárcel, y que por lo tanto era la última vez que los reos juzgados veían la luz del Sol, por lo que suspiraba de pena y desamparo.
    Montamos en el vaporeto para seguir conociendo la ciudad. Es como un autobús de la mt en la plaza Tirso de Molina en domingo de rastro a las dos de la tarde. Pero este va por el canal, que viene a ser como la Gran Vía madrileña, pero por agua.
    Si alguna vez drenan el canal seguro que encuentran a más de un gondolero, algún taxista en barco, más de un niñato luciendo barca de papá y mucho giri que solo quería mojarse un pie, porque la m-30 es un circuito de juguete comparado con el tráfico de este canal.
    Llegamos al puente de Rialto, famoso en el mundo entero gracias a Spiderman, y nos hicimos las fotos correspondientes. Más paseos por callejuelas y puentes hasta que llegamos a otro de los escenario de Spiderman y nos sentamos a beber algo.
    Poco a poco nos fuimos acercando a la estación del tranvía y para salir de la ciudad
    Tras llegar a la autocaravana (el último kilómetro, que se hace andando, Ana y Oliver decidieron hacerlo corriendo)
    Volvimos a preguntar si había espacio en el área de autocaravanas, y el encargado de la noche, que había vivido en Granada, nos hizo un hueco.
    Ya solo quedaba cenar, sobrevivir a la horda de mosquitos que buscaba beneficiarse gratuitamente de nuestra sangre para su interés personal reproductivo (más de un montón lo consiguieron) y dormir para la segunda parte de Venecia.
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  • Day 8

    Florencia II, bendición papal.

    August 15, 2023 in Italy ⋅ 🌙 27 °C

    Hoy ha sido un día peculiar y para recordar.
    Carlos pidió la mañana libre, es decir, sin nosotros. Me da la impresión de que la perra se apuntó con muchas ganas.
    Así que Ana, Oli y yo emprendimos camino de nuevo a la ciudad antigua, con la sensación de ya controlarlo todo (hasta el "grache, prego" cada vez que alguien te miraba más de 3 segundos)
    Llegamos a la plaza del Duomo y fuimos a la catedral. ¡Cerrada ! Es festivo en Italia y había misa de 11. No se podía visitar .
    Sólo entraban los que iban a misa, así que Ana se puso camiseta con mangas y entramos.
    La misa la oficiaba el obispo, quizás cardenal (por lo del cinturón rojo) Al finalizar nos dijo que el Papa había pedido que se bendijera a todos los que estábamos en la misa de la catedral. Eso que nos llevamos y gratis. Tendré que preguntarle a Jesús el sobri si es como un pase que elimina en el juicio final las veces que he maldecido y hablado mal de la familia del jefe.
    Tras salir en estado de santidad, nos acercamos al batisterio ( No vale mucho la pena, porque lo único interesante está en reconstrucción y no se ve.)
    Para rematar la mañana nos acercamos a la iglesia de santa Croce, dónde estaban las tumbas de los personajes ilustres del lugar, como Galileo, Leonardo, Miguel Ángel, Maquiavélico y Dante.
    Tras comer macarroni con tomati, limpiar la auto y recargar aguas volvimos a nuestro objetivo, sacarle todo el jugo posible a Florencia en 2 días.
    Íbamos a subir a la Torre de la catedral.
    414 escalones por pasillos muy estrechos donde constantemente nos cruzábamos con el producto de una sociedad de estrés y excesos alimenticios para compensar todo tipo de carencias. Realmente, cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera, pero en la subida a estos sitios del renacimiento cruzarse con 50 o 60 de ellos es un peligro .
    Oli y yo subimos primero. En algún momento echó manos al suelo para seguir subiendo, pero al final lo conseguimos.
    A continuación subieron Ana y Carlos. Nos los cruzamos a la bajada, sin perra. Se la habían dejado a unos españoles mientras nosotros llegábamos.
    Carlos subió los escalones de 2 en 2 y Ana le siguió como pudo. Después paseo a despedirnos de David ( el de un tal Miguel Ángel) y de Neptuno y cena en la plaza de la catedral. Junto a nosotros un italiano tocando la guitarra. El rato fue absolutamente mágico.
    En fin, Florencia es uno de esos sitios en los que vale la pena ir al menos una vez en la vida, y después repetir.
    Ya poco quedó se lodel día. Ducha, Ana y yo nos acercamos a una lavandería a hacer la colada, y a descansar de un largo día.
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  • Day 7

    Primer dia en Florencia

    August 14, 2023 in Italy ⋅ 🌙 25 °C

    Llegamos a Florencia a las 13, 07, hora arriba, hora abajo.
    Tras aparcar en el área de autocaravanas preparamos una mochila y a los maravillosos 40 grados de la Toscana fuimos en busca del tranvía.
    En apenas 30 minutos estábamos en la ciudad antigua. Un Sol de carajo, y el suelo no se veía. Estaba lleno de guiris como nosotros.
    Lo primero la plaza del Domo. Un escándalo. Los Medichi se pasaron de exagerados.
    Después paseíto y comida en una pizzería. Oliver seguro que contará a sus nietos lo que disfruto comiendo pizza.
    A continuación le tocó a Ana.
    Unos pedazos de helados italianos que era casi imposible terminárselos.
    Pasitos pasito llegamos a la plaza de... (la que tiene muchas estatuas en la calle)
    Tras verlas todas nos hicimos fotos frente a las que más nos gustaron, incluido el David de un tal Miguel Ángel.
    Después visita al puente viejo. Un ladrón de los buenos se podría jubilar entre tanta joyería. A continuación la plaza del mercado, donde tocamos el hocico al jabalí y cogimos agua, y así sitio por sitio del centro de la ciudad.
    Carlos aprovecho para hacer fotos de estatuas de los grandes pintores del mundo que más le motivan: Rafaelo, Miguel Ángel, Donatello y Leonardo. Me suenan de algo más pero no recuerdo que.
    A eso de las 5,30 entramos yo y ... ya está, a ver la Galería de los fullinis. Una absoluta exageración. Como no destacar el nacimiento de Venus, con sus dedos de pies amorfos y sus hijos impresionantes, y una pintura donde un personaje, con la cabeza vuelta, te miraba estuvieras donde estuvieras.
    De lo que hicieron el resto esa hora deberá ser Ana la que lo cuente.
    Paseítos varios por Florencia, y a las 8 de la tarde cogimos camino de vuelta a casa.
    Por cierto, la cerveza italiana es la que más se parece hasta ahora a la española.
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